Las administraciones deben atender sus reponsabilidades según sus competencias y atajar el chabolismo del barrio de Expansión Norte
Nunca fue Jaén una ciudad que sufriera el problema del chabolismo cuando, allá por los años ochenta, decenas de asentamientos dieran la bienvenida a los visitantes de numerosas capitales de provincia. Brotes aislados en Santa Isabel en aquellos años y más recientemente como consecuencia de la campaña de recolección de aceituna son los casos más destacados en nuestra capital. Hasta ahora. Desde hace unos meses entre el barrio del Bulevar y el Polígono de los Olivares se ha establecido un asentamiento chabolista. Más allá del malestar que parece haberse generado entre los vecinos de la zona (legítimo por otra parte) debe preocuparnos que este tipo de infravivienda, en la que viven familias en pésimas condiciones de salubridad y habitabilidad, prolifere por una mera cuestión de dignidad ciudadana. Y aquí no caben argumentos demagógicos de que si tales o cuales personas quieren vivir en esas condiciones. Las chabolas son un claro indicador de miseria y ese extremo hay que atajarlo con políticas sociales. No vale en estos casos, como lleva meses sucediendo con el penoso y vergonzoso problema de la ayuda a domicilio de la Dependencia, lanzarse la pelota de un tejado a otro. Aquí las administraciones, todas, deben asumir sus responsabilidad atendiendo sus competencias, ¿o es que el cajón desastre en el que se han convertido las políticas sociales solo vale para justificar de boquilla la raquítica inversión pública?