El 'No' a la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) y a los recortes en el sistema educativo volvió a salir ayer a la calle con manifestación convocado por el Sindicato de Estudiantes y la coordinadora provincial de la Plataforma Andaluza en Defensa de la Educación Pública. Todo ello después de una huelga estudiantil de 48 horas, que acabó ayer con un seguimiento del 90%, según fuentes del Sindicato de Estudiantes.
Estudiantes, mayoritariamente, además de delegados sindicales y representantes de la comunidad educativa, más de doscientas personas salieron a la calle en una manifestación que partió desde la plaza de Santa María pasadas las seis de la tarde y que llegó a la plaza de Las Batallas, donde leyeron un manifiesto con el que evidenciaron la “destrucción de la escuela pública”.
Los estudiantes dijeron “no a los recortes en materia de Educación” y reivindicaron la derogación del artículo 135 de la Constitución Española y que la Educación “se convierta en un derecho fundamental”. En esta línea, pidieron la incorporación de los docentes que han perdido sus puestos de trabajo y que “el Estado apoye al estudiante económicamente a través de la mejora de las becas, desde la general, a la de movilidad y la beca Séneca”.
Exigieron que se imparta una docencia y un examen gratuito del nivel de idiomas B1, que es necesario para obtener una titulación.
Pidieron que las tasas se adapten a la situación económica del estudiante, consiguiendo así precios “asequibles”.
En cuanto a la LOMCE, reclamaron un “nuevo modelo educativo público, universal, laico, inclusivo y crítico”.
Los estudiantes convocaron la huelga y la manifestación de ayer para reivindicar que “los institutos y la Universidad sean libres de los poderes que abogan una moralidad que choca con los valores que se deben defender en la formación de las personas, como son la Iglesia, el Ejército y la corporación económica”.
Desde las organizaciones que componen la Plataforma Andaluza en Defensa de la Escuela Pública recordaron que la LOMCE supone “un paso atrás gigantesco respecto a los avances de la educación en las últimas décadas, que ni han sido gratis ni fáciles de conseguir”. Valoraron que “ignora a la comunidad del sistema educativo público y que fomenta el autoritarismo”. Con la lectura del manifiesto, recordaron que la escuela pública se convierte en “una fábrica de obreros dispuestos a ser explotados”.
