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Huelva

No diga aguardiente, diga Zalamea

El Pilar cuenta con el único museo sobre el aguardiente, que muestra toda la historia de este producto y el anís, que se puede visitar de forma gratuita

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  • Aguardiente zalameño -

Igual que los nombres de Jabugo y el jamón están unidos indisolublemente, más de 150 años de producción de aguardiente en Zalamea la Real han hecho que el nombre de este municipio onubense se asocie en muchos lugares a una copa de este licor, realizado en el pueblo con una receta centenaria.

Para conocer algunos de sus secretos, no todos, productores históricos de licores se reúnen este fin de semana en el antiguo mercado de abastos de la localidad, un impresionante edificio que el paso del tiempo ha convertido en una sala multiusos de exposiciones, que durante dos días es el corazón nacional del aguardiente de toda la vida.

Y es que casi cualquier vecino de esta localidad ha probado alguna vez una manguara -vaso de catavino, mitad agua y mitad aguardiente- y cualquier persona sabe en este pueblo de Huelva que los ingleses que explotaban las minas del vecino municipio de Riotinto no solo trajeron el fútbol a España, sino también su pasión por una bebida: el aguardiente.

Por eso, el Ayuntamiento tuvo en su día la idea de organizar "El sueño del Aguardiente",un congreso que, por primera vez, se dedica íntegramente al producto estrella de su comercio para el exterior, en el que participan las dos fábricas que actualmente producen esta bebida en Zalamea y han sobrevivido al paso de los años.

Antaño, "El Pilar", "Arenas", "Anisados González" y "Las tres casas" fabricaban al unísono y casi en la misma calle del pueblo su inconfundible aguardiente, pero hoy solo quedan las dos primeras, que el progreso ha terminado empujando a un polígono en las afueras, aunque los edificios históricos de algunas de las fábricas originales siguen en pie, no muy bien conservados, pero en pie.

Incluso "El Pilar" cuenta con el único museo sobre el aguardiente, que muestra toda la historia de este producto y el anís, que se puede visitar de forma gratuita.

Como recuerda a Efe Alberto León, de "Anisados Arenas", existe constancia de la fabricación de aguardiente en Zalamea al menos desde los primeros años del siglo XIX, con la existencia de algunas calderas que fabricaban el producto de manera artesanal.

Sería la explotación intensiva de las Minas de Riotinto el detonante del aumento de producción del aguardiente, considerada la bebida favorita de los mineros de la época, y que incluso le dieron nombre a la anteriormente citada "manguara", mezcla en inglés de men (hombre) y water (agua).

Su popularidad, y el aumento de la población en la zona, hicieron aumentar la demanda, por lo que se puso en marcha la primera fábrica de aguardiente en 1873 de la mano de José González, y las firmas fueron aumentando con el paso de los años, así como la fama que iba creciendo para el producto.

Alberto León va más allá: "es curioso que por ahí, fuera de Zalamea, este producto es más apreciado incluso que aquí, hasta el punto de que en algunos lugares le llaman 'Zalamea' en lugar de aguardiente".

León defiende a capa y espada este producto de su pueblo, por encima de sus rivales más conocidos, en la vecina localidad onubense de Alosno o la sevillana Cazalla de la Sierra, de los que dice que "cada aguardiente es diferente, con el de Cazalla no hay mucha diferencia, la forma de hacerlo es lo mismo, cambiando la proporción de matalauva, pero en Alosno no se destila, se hace con esencia", explica.

Todas estas cosas y más son discutidas este fin de semana por los productores, además de ser mostradas directamente a los visitantes a las jornadas, que llenan el espacio del antiguo mercado de abastos, situado, curiosamente, a escasos metros de las fábricas donde durante décadas se realizaba, se vendía y se cargaba en furgonetas el aguardiente zalameño.

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