La familia de Rafael Vázquez Ross, el joven de 36 años de El Rompido que fue declarado no apto en julio de 2012 por el Instituto Social de la Marina –ISM- para trabajar como marinero en una embarcación de pesca debido a su disfemia o tartamudez, ha acogido con enorme satisfacción la sentencia por la que finalmente el Juzgado de lo Contencioso Administrativo Número 1 de Huelva le reconoce su capacidad para ejercer como marinero pescador y faenar, a pesar de su tartamudez.
Después de los seis meses transcurridos desde la vista oral, que tuvo lugar en noviembre de 2012, el propio afectado ha manifestado a VIVA LA COSTA que no se esperaba esta noticia “tras haberlo realmente mal por la larga espera”. No obstante, Vázquez Ross ha querido agradecer los numerosos apoyos que ha recibido de todos sus vecinos de El Rompido, así como la ayuda del letrado Alejandro Chamorro, que le orientó y animó a interponer la denuncia contra el ISM.
Vázquez ha expresado su satisfacción por la decisión judicial ya que, desde el principio, viene manteniendo, y así lo atestiguaron en el juicio celebrado en noviembre tanto psicólogos como pedagogos e incluso el patrón del barco en el que podría haber estado trabajando en los dos últimos años que ha durado el proceso, que reúne "todas las características necesarias para realizar las labores propias del trabajo en la mar".
El joven, de 36 años, interpuso la demanda después de que el ISM desestimara en 2011 el recurso que interpuso contra la resolución del Centro de Sanidad Marítima que lo declaró "no apto" para el trabajo de marinero, una decisión que consideró injusta.
Ahora, la resolución judicial obliga a este organismo a entregar la licencia para faenar a Vázquez Ross, y a indemnizarlo por entender que ha sufrido una discriminación impropia teniendo en cuenta sus facultades.
Rafael Vázquez, que padece una disfemia de nacimiento, superó todas las pruebas pertinentes para obtener el carné de pescador, aunque no pudo pasar el reconocimiento médico en el Instituto Social de la Marina.
En el reconocimiento médico, expedido el 12 de abril de 2011, pasó todas las pruebas, aunque fue declarado no apto porque, según el facultativo, tiene "tartamudez intensa y comunicación verbal difícil", aunque ha defendido que nunca ha tenido problemas para trabajar en otras ocupaciones y recuerda que durante doce años ha sido albañil, forjador y empleado de gasolinera, además de voluntario de Protección Civil.
En la actualidad realiza distintos trabajos en una lavandería de Cartaya, ya que, a pesar de que tiene diagnosticada también una leve minusvalía psíquica, cuenta con informes de psicólogos que acreditan que está capacitado para desarrollar cualquier labor profesional.
