Ingenieros, abogados, representantes institucionales y vecinos buscan la luz al final de este túnel que oscurece a barriadas vulnerables con continuos cortes de electricidad, apagones en ocasiones vinculados al cultivo de droga, lo que ensombrece un problema que afecta a derechos fundamentales.
"Todas las soluciones son buenas y ninguna sirve". Así resumen expertos de diferentes campos la falta de luz en el distrito Norte de Granada, una casuística que esta capital andaluza repite desde hace más de una década y que se ha extendido a otros barrios de la provincia, a zonas de Sevilla, de Huelva y a barriadas catalanas.
El distrito Norte de Granada pretende salir del túnel que supone haber convertido en rutina pagar la factura de la luz y vivir en penumbra, y lo intenta en los juzgados, con una mesa que sienta a representantes institucionales, con más inversiones de Endesa y el mismo resultado: apagones.
En esa lucha por poner luz al problema ha entrado la Universidad de Granada (UGR), el nuevo aliado de la Oficina del Defensor de la Ciudadanía que dirige Manuel Martín, con unas jornadas para enfocar el problema desde todos los prismas posibles.
El 74 % de los vecinos que sufren casi a diario cortes de luz en esta barriada de Granada pagan su factura, pero compran casi al día porque no pueden confiar en sus frigoríficos, compensan con muchas mantas la falta de brasero en invierno y mandan a sus hijos a estudiar a bibliotecas para poner luz a un futuro complejo.
"Lo más triste de todo es que se está instaurando en el barrio el desencanto y la desesperanza", ha explicado a EFE Martín, un activo frente a los apagones que mantienen en vela a una zona con 25.000 vecinos por los que se encerró junto al párroco del barrio, Manuel Picazo, para poner el foco en el problema.
Contra la integridad física, contra el derecho a la salud y a una vivienda digna, contra el derecho a la infancia y a la educación... Los cortes de suministro que se repiten en barriadas vulnerables de diferentes puntos del país dañan todos estos derechos fundamentales, según ha explicado la letrada de la comisión de Derechos Humanos del Colegio de Abogados de Granada África Morata.
Esta letrada forma parte de una nueva mesa para buscar soluciones que une a ingenieros, técnicos, médicos, representantes institucionales y responsables para solventar un problema que deja a oscuras a barrios ennegrecidos por el argumento que vincula los apagones al cultivo de droga.
"En Sevilla aún no tienen articulada una mesa de acción como Granada porque el problema es más reciente, pero los ingredientes son los mismos y la solución no es fácil", ha apuntado el jefe de Energía de la Junta de Andalucía en Granada, Fernando Machado.
Machado estudió la auditoría realizada a Endesa para conocer si su infraestructura y la potencia que ofrecen al distrito es suficiente, un informe no concluyente porque la energética ha ampliado inversiones y potencia, como también ha crecido el problema.
"No hay soluciones mágicas y el problema va a peor, por eso toca mirar qué hacen otros y en esa mirada, Cataluña lo hace mejor". Ese rebuscar fuera para alumbrar en Granada, en Sevilla, en Huelva, lo hace Francisco Cordón, ingeniero industrial, vocal de la asociación "Diálogo y Acción" y miembro de la mesa técnica contra los cortes de luz en el distrito Norte.
Defiende que los ingenieros están para poner las cosas fáciles y reclama protocolos que ayuden de verdad a la gente, que alumbren en vez de ofrecer marañas de papeleo.
Pone el foco en los electrodependientes, vecinos "enganchados" a la vida a través de la luz a los que Cataluña sí ofrece un sistema directo de reconocimiento de su necesidad que tramita su centro de salud, un salvavidas.
También apunta las opciones de comunidades como Cantabria o Navarra, que regulan centros o servicios "ininterrumpibles", y ahí surge un nuevo problema: los vecinos se quedan sin luz pero pagan.
"No es un problema de impago por falta de dinero, son incidencias en el sistema que dejan al usuario sin protección", añade Machado.
Gonzalo Esteban, técnico de la Agencia Provincial de la Energía de Diputación de Granada, reconoce el esfuerzo de Endesa y su plan especial de inversiones en el distrito Norte de Granada pero recomienda atacar la baja tensión, y cortar los enganches vinculados a la droga para blindar a los clientes.
Los vecinos de este barrio sufren tres apagones por hora y generaron en 2021 más de 160.700 incidencias por las que no reciben ni respuesta ni compensaciones porque chocan con un 2 % de viviendas con enganches ilegales vinculados a la droga.
Pero siguen peleando por soluciones que alumbren a otros barrios de España que se adentran en la penumbra de los apagones. Mientras todas las soluciones son buenas y ninguna sirve.