Miles de personas han participado en la manifestación independentista convocada por la ANC en el centro de Barcelona, que ha arrancado a las 17.14 horas, recuperando las movilizaciones en la calle que quedaron interrumpidas en 2020 por la pandemia, aunque con menor afluencia que en años anteriores.
Bajo el lema "Luchemos y ganemos la independencia", la ANC ha convocado la manifestación de esta Diada del 11 de septiembre con la plaza Urquinaona -escenario de duros enfrentamientos durante las protestas contra la sentencia del procés- como punto de inicio, para descender por Via Laietana hasta la Estación de Francia.
Para esta convocatoria, la primera desde los indultos a los presos del procés y en la que ha participado el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, la ANC ha fletado más de 200 autocares hacia Barcelona, una cifra significativamente más baja que la de la movilización de 2019, en la que se llegó a los 1.300 autocares.
Para este sábado ya no pesan las restricciones del Govern para frenar la covid, puesto que desde ayer viernes se permiten las manifestaciones en movimiento, a diferencia del año pasado.
Entre los manifestantes, mayoritariamente con mascarilla pero en muchos tramos sin distancia social, podían verse carteles con lemas como "Queremos la independencia ahora", "Govern, cumplid vuestro compromiso: culminar la independencia" o "La lucha de los 3.300 represaliados no es por el aeropuerto", además de 'estelades'.
En la cabecera se han situado el cantautor Lluís Llach (en representación del Consejo por la República), la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, el líder de Òmnium, Jordi Cuixart, el activista estonio Ülo Laanoja, así como representantes soberanistas del País Vasco, Galicia, Baleares y Comunidad Valenciana.
También han participado, además de Aragonès, la mayoría de los consellers del Govern -incluido el titular de Salud, Josep Maria Argimon-, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, el expresident Quim Torra, además de presos del 1-O que recibieron el indulto en junio, como Oriol Junqueras, Carme Forcadell, o el secretario general de JxCat, Jordi Sànchez, entre otros.
Ha habido momentos de tensión frente a la sede de la Jefatura Superior de Policía, con lanzamiento de rollos de papel higiénico y gritos como "Fuera las fuerzas de ocupación".
Sobre las 18.30 horas se iniciarán los discursos de los presidentes de las tres entidades independentistas: hablarán Jordi Gaseni (Asociación de Municipios por la Independencia), Jordi Cuixart (Òmnium Cultural) y Elisenda Paluzie (ANC).
La manifestación de la Diada llega en plena división interna en el independentismo sobre cómo encarar la mesa de diálogo con el Estado, que se reactiva la semana que viene.
Mientras Aragonès y ERC la consideran una oportunidad de oro para plantear las reivindicaciones de amnistía y autodeterminación en un marco oficial y estable con el Gobierno de Pedro Sánchez, para JxCat y la CUP se trata de una pérdida de tiempo.
Algunos asistentes a la manifestación han dedicado silbidos a Aragonès -contestados con gritos de "president" por sus partidarios- y se ha visto pancartas críticas como "¿Dónde está la república, mentirosos?" u otra que parodiaba el cartel de la Diada elaborado por la Generalitat, en el que la imagen del violoncelista Pau Casals había sido sustituida por el rostro del presidente catalán, junto al mensaje: "Somos la misma mierda de árbol, y el árbol es España".
Ante las divergencias estratégicas dentro del movimiento y la sensación de desmovilización que hacen auguran detalles como el del número de autocares fletados, la ANC ha bajado a un mínimo de 100.000 personas el listón que desea superar en la manifestación de este año, lejos de las 600.000 personas que, según la Guardia Urbana, participaron en 2019, la cifra más baja desde el inicio del procés.
Una desmovilización en la calle que contrasta con los resultados de las elecciones catalanas del 14F, en las que el independentismo superó por primera vez el 50 % de los votos y alcanzó una cifra récord de diputados, si bien la abstención también registró un máximo histórico, en plena cuarta ola de covid.