No obstante, entre estas líneas pueden encontrar algunas recomendaciones para que el verano sea literariamente más entretenido. Sobre la base de los éxitos de 2008 y del reconocimiento que obtuvieron de las organizaciones literarias más prestigiosas, podemos hacer la primera lista. El Premio Planeta reconoció como mejor libro de 2008 La Hermandad de la Buena Suerte de Fernando Savater, donde el autor, dejando entrever su faceta de filósofo, plantea sus preocupaciones morales a través de una trama que se desarrolla en el mundo de las apuestas de carreras caballos.
Fiebre Negra es una obra del escritor porteño Miguel Rosenzvit, la novela es una historia de amor sobre el destino de los negros argentinos que en su día supusieron el 30 por ciento de la población de Buenos Aires. El premio Putlizer de Novela se lo llevó el pasado año La maravillosa vida breve de Óscar Wao, si bien es un libro de 2007, bien puede estar entre 6 de los mejores libros de 2008 por ser éste el año de la edición traducida al español.
El premio Goncourt ha sido para Atiq Rahimi por su novela Syngué Sabour sobre la realidad de la mujer afgana. Un joven físico de 26 años, Paolo Giordano, ha escrito una novela que ha arrasado en ventas en Italia, La Soledad de los Números primos, una mezcla entre literatura y matemática que ha recibido las mejores críticas. Y cierra esta relación de 6 de los mejores libros de 2008 Muerte entre poetas de Angela Vallvey, una novela policíaca que esconde un mensaje contra el mundo de la literatura y la vanidad de los grandes autores.
Pero es imposible olvidar los libros más vendidos, que si bien no son los que más reconocimiento literario tienen, sí presentan críticas bastante agradables y, sobre todo, cuentan con el favor del público, que en última instancia es el que hace grande a autores y títulos. Y en este sentido no cabe duda de que los protagonistas de este verano serán sin duda una mujer y un hombre. Y es que Lisbeth Salander y Hernando tienen poco que ver entre ellos, nunca se conocieron ni podrían haberlo hecho jamás, porque les separa una brecha de tiempo insalvable, pero tienen algo en común: son las almas de cuatro libros, traducidos al español, de gran éxito de crítica y de ventas. Lisbeth Salander es, según su artífice, Stieg Larsson -autor sueco de la novela de mayor éxito en la actualidad Los hombres que no amaban a las mujeres (Destino)-, “una sociópata con rasgos psicopáticos y no funciona como la gente normal”. Pero sin embargo, y con una construcción que deja perplejo al público por la exactitud como el autor la define, Salander hace soñar a los lectores. Es la investigadora de los asesinatos y tramas que animan a esta obra, parte de una trilogía (La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire) que el autor nunca vio publicada porque falleció en 2004, poco antes de que apareciera el primer volumen y saltara al puesto número uno de las listas de venta.
La expulsión de los moriscos de España, en coincidencia con el cuarto centenario de su salida del país, le ha servido a Ildefonso Falcones como inspiración para su segunda novela, La mano de Fátima, con la que pretende hacer llegar un mensaje de tolerancia y convivencia religiosa a sus lectores.
El amor, la guerra, la intriga y, por encima de ello, los deseos del protagonista de lograr una convivencia pacífica entre cristianos y musulmanes son los principales ingredientes de esta novela, de casi mil páginas, que arranca en la Alpujarra granadina y continúa la acción en la Córdoba del siglo XVI. Y en medio, Hernando, un joven morisco atrapado entre dos religiones, la cristiana y la islámica, que pasa la vida luchando por la libertad de su pueblo y que, en la guerra de las Alpujarras, conoce el sabor de la muerte, pero también del amor, de la mano de Fátima, la otra mujer protagonista.
Más recomendaciones
Pero la lista de las posibles lecturas para los tiempos de ocio, sobre todo es estas largas tardes de agosto, es bastante amplia y variada, casi tanto como los gustos de los lectores. Porque no sólo de best sellers se nutre la mente. Cada libro es capaz de abrir una puerta a la imaginación y en ella no caben etiquetas. Pero para resumir, se puede en estas breves pinceladas hacer una selección. Para los amantes de la acción y hasta el miedo siempre quedará Crepúsculo, una novela de vampiros dirigida al público adolescente y escrita por Stephenie Meyer. Para los adultos y en lengua castellana hay auténticas joyas en el mundo editorial de este año, como Paraíso inhabitado, lo último de Ana María Matute y que tiene un inicio demoledor, como toda la novela: “Nací cuando mis padres ya no se querían”, es lo que recuerda Adriana, mucho después de que todo haya sucedido. El asombroso viaje de Pomponio Flato, de un Eduardo Mendoza aún más incisivo y satírico, es lectura casi obligada; y el inevitable poemario del jerezano José Manuel Caballero Bonald, La noche no tiene paredes. La ladrona de libros, de Markus Zusak o el controvertido Camorra de Roberto Saviano, les siguen en la lista. Cualquiera es bueno para seguir cultivando una de las artes más antiguas y con más vida de la modernidad.