Con la lección aprendida del precio del café, ninguna pregunta hizo mención al valor de cualquier otro producto porque a buen seguro que Zapatero se había llevado toda la semana anterior estudiándose la lista de la compra por si le caía en su particular examen el precio del kilo de patatas. “Vamos a salir de ésta”, “el Gobierno no puede hacerlo solo” y “éste no es el momento de grandes beneficios ni de salarios excesivos” fueron algunas de las auténticas joyas que dejó en un discurso en el que incluso recurrió a Kennedy cuando se le preguntó si él tendría una cuestión para el presidente del Gobierno y parafraseó al ex mandatario norteamericano con aquello de “qué puedo hacer para ayudar a mi país a salir de la crisis”.
Pues eso es lo que está esperando la ciudadanía, menos respuestas y más soluciones financieras, sociales y laborales. No queda muy lejos ese debate electoral con Rajoy, y su niña, en el que tantas promesas realizó Zp con ese “libro blanco” con sus compromisos del que presumió ante toda España.
Hablaba Zapatero por marzo del año pasado de crear dos millones de empleo, la mitad para mujeres, de una España que estaba en un crecimiento económico, de una lucha por combatir la precariedad de los empleos, de un aumento de hasta el 30 por ciento de las pensiones y del incremento de otro 30 por ciento en el salario mínimo.
Su estocada a los problemas ha pinchado en hueso y ya le han sonado varios avisos para ver si logra lidiar y matar definitivamente a los números rojos. Su subalterno Solbes no ha tenido tampoco mucha suerte con las banderillas. Zapatero saca de nuevo el capote. Pero esto no se soluciona con dos pases de pecho entre los pitones de la crisis.
rguerrerojerez@gmail.com