Acabáis de llegar de Estados Unidos, donde habéis grabado vuestra personal versión de The Rise and fall of Ziggy Stardus, el clásico de Bowie, con un maestro como John Agnello a la producción. ¿Qué nos podéis contar de este nuevo disco?
–Es una experiencia arriesgada y excitante al mismo tiempo. Estuvimos el año pasado tocando en directo ese disco de Bowie y al ser un proyecto que nos marcó tanto queríamos dejarlo registrado en disco. Se nos ocurrió preguntarle a John Agnello si quería formar parte de la locura y no sólo dijo que sí, sino que se entregó al máximo. Fuimos un equipo muy unido, un solo cerebro con muchos cuerpos.
También habéis hecho gira en marzo por Estados Unidos y habéis actuado en SXSW por cuarta o quinta vez, unos auténticos veteranos en este festival. ¿Cómo se afronta ahora un festival monstruoso y cómo se afrontó esa primera vez?
–Al ser la quinta vez en SXSW, creo que pasamos por todas las etapas, desde la alucinación de la primera vez, al overbooking de conciertos los años siguientes para que nos viese la mayor cantidad de gente posible. Este año fuimos con la energía concentrada, ya que con el tiempo te haces unos hábitos en el recorrido sobre lo que quieres ver. A mí, por ejemplo, me encanta la expo de posters de conciertos. Siempre traemos algunos, tenemos las paredes de casa repletas. Lo bueno es que a pesar de eso siempre te sorprendes con cosas nuevas. Esta vez nos alejamos del centro y descubrimos los conciertos de la parte este de Austin. Mola muchísimo. Ahí estuvimos tocando.
Las críticas que he podido leer de vuestros conciertos por EEUU son impresionantes, se deshacen en elogios, incluso en medios como la edición americana de Rolling Stones ¿Cómo se lleva tanto piropo? ¿Es fácil de digerir, supongo que anima a continuar, o en alguna ocasión incluso se atraganta leer tantas y tan buenas palabras?
–Somos muy agradecidos porque jamás esperábamos tanto. Nos fascina y a la vez nos obliga a tener los pies en la tierra pero siguiendo un instinto puro, sin condicionantes. La música tiene una naturaleza particular, hermanada con la naturaleza de los sueños y eso nos ha modificado la forma de entender las cosas. La historia de Cápsula se forma por una cadena de preciosas extrañezas vividas por nosotros con total naturalidad.
Os pudimos ver recientemente en el escenario principal de Monkey Week, donde hicisteis buena parte del repertorio de Ziggy, ¿qué repertorio haréis en Andalucía?
–El concierto en Monkey lo recordamos con mucho cariño. Allí fue donde conocimos a John Agnello y a partir de ahí comenzamos las andadas, imagina la conexión que tenemos con el puerto. En directo estamos haciendo canciones de nuestros tres últimos discos: hay psicodelia, rock, sonidos garage, guitarras y mucha excitación. Algo de eso se puede ver por internet, para los que no nos conocen.
¿Cómo definiríais vuestra música?
–Como una experiencia salvaje.
¿Y para cuándo un disco con nuevas canciones de Cápsula?
–Tenemos varios proyectos de edición para los próximos meses. El primero es la reedición de nuestros primeros tres discos el próximo 18 de mayo a través del selloGaztelupeko Hotsak. A fines de mayo iremos a Nueva York, a mezclar Ziggy Stardust con John Agnello. Está prevista la edición a partir de junio. En agosto nos internaremos a maquetar lo que será el próximo álbum de Cápsula.