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Nueva Zelanda quiere seguir siendo la Tierra Media

"Nueva Zelanda es la Tierra Media" y "Queremos a los hobbits". Estos eran algunos de los lemas que podían leerse en las pancartas que portaban los miles de neozelandeses que se manifestaron para evitar que Warner Bros se lleve fuera de su país el rodaje de El Hobbit

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  • El Hobbit. -
"Nueva Zelanda es la Tierra Media" y "Queremos a los hobbits". Estos eran algunos de los lemas que podían leerse en las pancartas que portaban los miles de neozelandeses que ayer lunes se manifestaron para evitar que Warner Bros. se lleve fuera de su país el rodaje de El Hobbit, la cinta de su compatriota Peter Jackson.

Había, elfos, enanos, magos, orcos y... por supuesto, hobbits. Los personajes del universo creado por J.R.R. Tolkien tomaron las calles de Nueva Zelanda para protestar contra los posibles planes de trasladar afuera del país la producción de Peter Jackson. Entre 2.000 y 3.000 personas se reunieron en la capital, Wellington, mientras que otras ciudades como Auckland y Christchurch, arrasada por un terremoto, celebraron protestas similares.

Una medida de presión con la que esperan hacer recapacitar a unos nerviosos ejecutivos de los estudios de Hollywood, afectados por un boicot de los sindicatos de actores locales. Estas manifestaciones han tenido lugar un día antes de que representantes de Warner Bros. Pictures lleguen a Nueva Zelanda para decidir dónde rodar las dos películas de El Hobbit.

Hace varias semanas los sindicatos locales de actores -y también otros importantes, como el sindicato mayoritario estadounidense- ordenaron a sus afiliados no participar en las películas de El Hobbit ante la negativa de las productoras a negociar mejoras en las condiciones laborales.

Un boicot ante el que las productoras decidieron no ceder y amenazaron con trasladar el rodaje. Inglaterra, Escocia, Irlanda, Canadá, Australia y Europa del Este son algunos de los posibles destinos de esta superproducción con un presupuesto estimado de 500 millones de dólares.

MEDIACIÓN DEL PRIMER MINISTRO

Cuando le vieron las orejas al lobo, muchos de los sindicatos dieron marcha atrás y revocaron las órdenes de boicot de sus afiliados. Incluso el primer ministro, John Key, se ofreció a mediar en el conflicto y, de hecho, será él quien presida la delegación que se reúna este martes con representantes de la Warner.

No en vano el traslado del rodaje de El Hobbit podría suponer la pérdida de unos 1.500 millones de dólares para la economía neozelandesa. Un lujo que la industria del cine de Nueva Zelanda, relanzada desde que Jacksón rodó la trilogía de El Señor de los Anillos, no puede permitirse.

Key ha señalado que en estos momentos no hay nada decidido y que hay un 50% de posibilidades de que El Hobbit se quede en Nueva Zelanda. "Me encantaría decirles que está hecho, pero tenemos un largo camino por delante para que se cierre el acuerdo. Hay muchos temas que necesitaríamos resolver", dijo el mandatario en declaraciones al New Zealand Herald.

LA DICTADURA DEL CALENDARIO

Lo cierto es que el traslado desde Nueva Zelanda hasta cualquier otro lugar supondría un nuevo contratiempo a un proyecto que ha tenido que luchar contra viento y marea. La crisis, retrasos, la deserción del director e incluso un incendio se han interpuesto en el camino de la esperada precuela de El Señor de los Anillos, que, según anunció el propio Jackson la pasada semana, protagonizará el británico Martin Freeman.

Una mudanza pondría en serio peligro el calendario del proyecto, quetras la luz verde de las productoras debe comenzar a rodarse en febrero del próximo año si quiere que su primera entrega llegue a los cines en la fecha prometida: Navidades de 2012.

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