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Suu Kyi cumple 65 años con todo su carisma intacto

La Junta Militar que gobierna el país aún teme perder el poder ante la activista

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  • Miembros del movimiento demócrata birmano celebran su cumpleaños. -
Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz y líder del movimiento demócrata birmano, cumplió ayer 65 años, aislada en su casa de Rangún por orden de una junta militar temerosa de perder el poder ante el carisma de esta activista convertida en un símbolo.

Para quien sus seguidores llaman La Dama, fue un día similar a los ya más de 5.000 que pasó encerrada en la vieja vivienda de de estilo colonial que heredó de su madre, o tras los muros de alguna sórdida prisión.


El cumpleaños de Suu Kyi, en quien muchos birmanos depositan su esperanza de que termine la represión militar y poder abrazar algún día la democracia, fue silenciado en su país, aunque no en otros rincones del mundo en los que se celebraron actos en su honor o protestas frente a las misiones diplomáticas birmanas.

Los seguidores de Suu Kyi y antiguos miembros de la Liga Nacional por la Democracia (LND) no se dieron cita en esta ocasión en la que fuera su sede, clausurada desde que en mayo el partido fue proscrito por su rechazo a participar en las elecciones que la junta militar planea celebrar a finales de año.

Del dilapidado edificio de dos plantas desapareció la bandera de la LND, los retratos de Suu Kyi y hasta los policías de paisano que desde la otra cera vigilaban la sede, hacían fotos de las personas que entraban y anotaban cosas en un cuaderno.

Suu Kyi, un icono mundial de la lucha contra la opresión, es hija del general Aung San, el héroe de la independencia asesinado poco antes de que se proclamara la República, y de Khin Kyi, de quien cuidó cuando en 1988 regresó a Birmania en medio de un periodo de agitación social que motivó su decisión de ponerse al frente del movimiento demócrata. El paso a la ilegalidad de la formación opositora que en 1990 ganó los comicios cuyos resultados nunca fueron reconocidos por los generales, se produjo a raíz de la entrada en vigor de la ley que disolvió todas las formaciones que no se habían inscrito en el registro electoral en el plazo establecido.

La formación que Suu Kyi decidió boicotear los próximo comicios por considerar que la Constitución promulgada hace dos años por la junta militar y las leyes que luego aprobaron son antidemocráticas y garantizan la permanencia de los generales en el poder.

La LND, que durante cerca de dos décadas sobrevivió a la intensa presión del régimen, también calificó de ilegal una cláusula de la ley electoral que obliga a toda formación política a expulsar de sus filas a un miembro que cumpla una pena de cárcel o haya sido condenado.

Esta disposición afecta a los casi 2.200 birmanos encarcelados por motivos políticos, incluida la Nobel de la Paz, quien cumple ahora 18 meses de arresto domiciliario después de haber pasado unos 15 años confinada en su residencia.

La formación cofundada por Suu Kyi en 1988 solicitó el pasado abril a la alta magistratura que reconociera el resultado de las elecciones parlamentarias de 1990, que ganó con el 82 por ciento de los votos y que la nueva ley electoral anuló.

La ONU y numerosos gobiernos pidieron a la junta militar que excarcele a todos los presos políticos, que permita a la principal activista demócrata de país participar en las elecciones.

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