Esta portuense de 20 años de edad comenzó a estudiar en en el Colegio Safa San Luis Gonzaga, para luego continuar sus estudios de Bachillerato de Ciencias Sociales en el Instituto Santo Domingo, ambos en nuestra ciudad. Actualmente tiene el título de Miss Mesoamérica España 2015.
¿Cómo empezó todo?
-Empecé con 16 años realizando un curso de modelo impartido por mi profesora de pasarela, protocolo y nutrición, Irene Gómez. Fue la primera española en traerse la Corona a España en el año 2012 de Miss Mesoamérica. Ella fue la que me animó a participar y tras entrar en un casting, fui elegida para representar al país en este certamen internacional.
Lucía, cuéntenos como fue la experiencia.
-Sinceramente es la mejor experiencia de toda mi vida. El haber compartido las vivencias del certamen con otras personas y el haber ido sola me ha ayudado a madurar y crecer como persona. Es algo altamente recomendable.
He hecho amigos y amigas de todos los países, hemos convivido como una pequeña familia doce días juntos, por lo que se han creado unos lazos muy fuertes de unión entre todos los participantes.
Me traje el título de Miss Elegancia Internacional. Estoy muy contenta con este reconocimiento, ya que el vestido que lucía lo había diseñado y realizado mi suegra.
Fue confeccionado con los retales de tela que habían sobrado del traje de novia de las bodas de plata de mi madre.
Creo que todo pasa por algo y este era mi momento, necesitaba que mis sueños se hicieran realidad.
¿Cómo se enteró de su elección como Estrella de Oriente por parte del Ayuntamiento?
- Creo que ha sido un reconocimiento a la defensa, lucha y patrocinio que he hecho por la ciudad.
Siempre que he sido entrevistada he dicho de donde soy y lo orgullosa que me siento de ser portuense.
Una mañana me llamaron desde el Ayuntamiento y me ofrecieron encarnar a la Estrella de Oriente y, sin pensarlo, le dije que sí.
Es un gran detalle y sobre todo una satisfacción personal el poder hacer feliz a los más pequeños de nuestra ciudad.
La mañana del día 5 de enero la pasamos recorriendo y visitando lugares como el Hospital Santa María del Puerto o la Residencia de Las Hermanitas de los Pobres (Las Banderas). Pensaba que me iba a costar enfrentarme a esa experiencia nueva para mí.
Descubrí que no hace falta irse tan lejos para vivir la realidad.
Fue algo maravilloso el poder haber compartido la mañana con las personas que estaban en el hospital, con las personas mayores o con los niños de Apadeni.
Siempre hay que poner una sonrisa, no cuesta nada hacer felices a los demás.