Aunque los días más fuertes de esta festividad del Día de los Difuntos prevé que sean este jueves y viernes, lo cierto es que ya ha empezado a verse que la afluencia comienza a ser más intensa que en lo que viene siendo habitual el resto del año. Unas jornadas que las familias viven con especial sentimiento y recogimiento y, de hecho, muchas de estas escenas se han reflejado en el campo santo de El Puerto durante el inicio de semana.
No obstante, las imágenes habituales que se generan durante estos días son las de adecentamiento de las propias lápidas. Así, cubo y cepillo en mano, las mujeres – las que más – desempeñan la labor de limpiar el lugar donde se encuentra aquellos que un día se fueron y que en estos días tienen un lugar especial. Una tradición, comentan algunos, que está un poco desfasada, ya que suelen ser las personas mayores las que más la desempeñan. Sin embargo, también se puede encontrar a aquellos que vienen acompañados de los hijos e, incluso, de los nietos.
En estos días, el complemento perfecto para embellecer este campo santo son las flores. Aquí, y sobre todo en los últimos tiempos, tal y como comentan los propios comerciantes, se mira mucho más que antes por el bolsillo. Este año, los floristas confían en, al menos, repetir las mismas cifras que el pasado 2012 y, de hecho, todo apunta a que así será. Aun así, cabe señalar que se trata de unas ventas ligeramente más bajas que las que pudieron darse en 2011. El pasado año, según el sector, la venta de flores descendió en torno a un 10-15%. Por ese motivo, se espera repetir los mismos números.
En relación al tipo de flores, uno de los floristas, Juan Gómez, apunta que, a veces, no se llevan tanto el económico, sino al más típico de nuestra tierra. “La flor estrella es el clavel, también la margarita, y a pesar de que lo más barato son las clavelinas, la gente apuesta más por el clavel”, ha puntualizado Gómez, que ha señalado que los ramos preparados también suelen ser de la elección del público.
Y para aquellos cuyos bolsillos no dan más de sí, dos soluciones: comprar menos cantidad o llevar flores de plástico. “Nos hemos dado cuenta que la gente suele comprar algo que sea más duradero, y ésta es una opción, además de que es bastante económico”, ha señalado.
Además, para el sector, y después de esta cita tan señalada en el calendario, la venta de flores no vuelve a repuntar hasta los meses primaverales de marzo o abril.
Sin embargo, y a pesar de si se compran o no flores, o si se adecenta más o menos el terreno, lo cierto es que muchos portuenses acuden a la cita para recordar a aquellos que un día estuvieron presentes.
