Los romeros portuenses volvieron a casa entre cantes y ofrendas florales.
Los romeros portuenses volvieron a la ciudad en la tarde del jueves, después de vivir uno de los caminos más duros de la historia.
Los cohetes anunciaban la llegada del Simpecado portuense al monolito de la finca las Marías y partiendo en procesión la comitiva partió hacia las calles del centro recibiendo en su camino ofrendas florales y el recibimiento por parte de las Hermandades de la Oración en el Huerto, Nazareno, Soledad, Resucitado, Dolor y Sacrificio, y las Hermandades de San Joaquín.
Los romeros fueron recibidos a la puerta de la Basílica por su Rector D. Diego Valle y por miembros de la junta de gobierno de la Hermandad de la Esclavitud de los Milagros, se encaminaron hasta la Capilla de la Virgen de los Milagros y se le realizó una ofrenda con flores del camino para finalizar con el rezo de la Salve.