El pobrecito hablador
Escribo sobre lo que me gusta, pero sobre todo sobre lo que me disgusta, como un grito desesperado para no ganarme una úlcera
País de racistas
Colonizados
Andaluz para toda la vida
La España descerebrada
Todo sirve para algo
Puentes a Milei
Darwin, calienta que sales
Los límites
Nadie odia al turista. Lo que no se puede permitir es que la presión del turismo expulse al habitante autóctono. No se puede admitir que la vivienda de ocupación turística se expanda como el moho, desde el centro de las ciudades hasta los barrios, monopolizando el mercado del alquiler e impidiendo e
De película
Todo es susceptible de ser vendido, de convertirse en producto de consumo. Y cuando esto ocurre, cambia de manos, dejamos de ser su dueño para pasar a tomar parte de ese paquete vacacional