Hay que darse cuenta de la cantidad de personas que hay en cada esquina de La Isla pidiendo limosna con un vasito o una gorra a ver qué es lo que cae. Es algo que te deja con el cerebro tocado. Los cañaíllas necesitarían llevar un saco bien cargado de monedas para atender a tantísima gente que ya ha hecho de extender la mano un medio de vida eterno. Los locos creemos que todo esto es debido seguramente a las necesidades que muchos están pasando, aunque también es verdad que los hay con una caradura impresionante y con una juventud envidiable. Con el frío que está haciendo es lamentable ver cómo esas pobres personas se hacen con unas viejas mantas o unos miserables cartones para refugiarse por la noche en cualquier rincón de esta ciudad. Pero lo que clama al cielo es que haya personas que se estén muriendo en la calle y que estemos contemplando este triste espectáculo como si la cosa no fuera con nosotros. Así tal como suena. Ya murió abandonado Raúl D. de 39 años el pasado mes de marzo de este año. Ahora otras dos criaturas, Sixto T.R. y Lucas G., han fallecido en la dura calle los recientes días 9 y 12 de diciembre de 2023. Y el gobierno local sin enterarse. Y las iglesias, que pregonan incansables a los cuatro vientos que somos hermanos, cierran sus puertas no vayan a contaminarse de la pobreza y de la miseria. ¿Qué se pretende? ¿Qué La Isla destaque batiendo un récord de personas muertas por frío y tiradas en la calle? Eso es lo que parece. Sixto y Lucas han muerto como los perros, que por cierto están mucho más cuidados en La Isla que estos ciudadanos que malviven en extrema necesidad.Ver a tantísima gente pidiendo se ha convertido ya en una mala costumbre que nuestros ojos contemplan estoicamente. Esta bendita ciudad, de la que algunos se enorgullecen cuidando al máximo, por poner un ejemplo, la cosa de los muertos de Halloween, que son motivo de risa, está pasando por alto la muerte real e increíble de estos hombres perseguidos por el infortunio.
Ya hace tiempo que desde distintas entidades se está clamando por que se instale un albergue o algo parecido donde atender la extremas necesidades de todas estas personas abandonadas a su suerte. Aprovechando la impresionante subida del IBI que nos han metido, y eso es lo que hay, ya se podía pensar en algo parecido. Decimos los locos que habría que evitar la desastrosa imagen que está dando La Isla con esa goteo de muertes. El objetivo debería ser que no haya nadie pidiendo, porque La Isla podría ofrecer lo más elemental para vivir. No vale limpiarse la conciencia y dando el tema por solucionado aumentando la dotación de dinero en lugares no aptos para la vida normal. Por tanto, aquí lo que haría falta es sentar en una mesa a las personas que están velando en su tiempo libre por aliviar esta pésima situación, que no todo es llenar de personal la Plaza del Rey. Al mismo tiempo tiene uno que ver cómo se organizan reuniones para las pamplinas más tontas, y se deja pasar la ocasión de demostrar lo que dicen los papeles de un partido que se las da de socialista y que cada vez se aleja más de sus principios. No hace falta conformarse con la agenda 2030. Eso queda muy lejos.
¿Cuándo tendrá lugar la próxima y vergonzosa muerte de otras criaturas en plena calle de La Isla? No tardará y al paso que vamos lo veremos.
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