Los locos estábamos convencidos de que la locura que padecemos se podía curar yendo a un sanatorio de esos que te curan a golpe de inyecciones y de jarabes. Ni hablar. El tiempo nos ha enseñado muchas cosas, entre las que destaca que un sanatorio es algo más serio, y que sirve para sanar a fondo sin necesidad de cosas raras ni de que digan que eres un enfermo. Antes, todos los caminos llevaban a Roma, pero en estos momentos se puede decir que todos los caminos llevan a Aragón. El trabajo, el sacrificio y la entrega de un hombre llamado Chano Aragón de Chiclana han creado las bases de los grandes placeres que se pueden disfrutar en la vida. La primera vez que fuimos a su bodega, pudimos comprender que el vino te pone como nuevo y es la mejor medicina que uno puede tomar. Pero sobre todo, llama la atención el que este hombre no se conforma con guardar las botas y acariciarlas, sino que sigue investigando para hallar los mejores vinos con que darle placer al paladar. Tampoco necesita presumir por ahí de buen vino. Hay un refrán que dice: “El vino que es bueno no ha menester pregonero”.
Sin embargo, ha llegado al manicomio la fantástica noticia de que la prestigiosa Guía Peñín, que se fija en todo, ha destacado y ha premiado seis vinos de Chano con unas notas que ya hubiera querido yo sacar en la EGB. Aquí les damos poca importancia a estos reconocimientos, pero para los locos la tienen. Esta Guía se fija sobre todo en la fidelidad a la tierra, el esfuerzo, el trabajo y el mantenimiento de una calidad extraordinaria.
Hoy, que me encuentro más fresco a pesar de que estamos hablando del vino, tengo que poner las puntuaciones que han conseguido esos seis magníficos vinos de Chano que son un orgullo para él y para esta tierra: 92 puntos al moscatel “Los Cuatro”, 94 puntos para el Amontillado seco, 95 puntos para dos vinos, el Fino Granero en rama y el Pedro Ximénez, 97 puntos al Palo Cortado Seco y finalmente el Oloroso Seco ha roto todos los techos con 98 puntos. ¡Qué más quisiera el Cádiz o el San Fernando llegar con esos puntos a final de temporada! El mérito del chiclanero Chano Aragón Moreno lo veo yo en que no se conforma con esas notas tan altas y sigue investigando por su cuenta, dando cuna a otras variedades nacidas a escasos metros de la playa de la Barrosa en el pago de Campano. Todo ello a diferencia de lo que pasa eneste manicomio, en el que no hacemos más que repetir las mismas pamplinas de siempre por lo queasí nunca avanzaremos. Y eso que las cosas se han puesto difíciles a la hora de exportar, ya que el cristal y el cartón se han ido por las nubes. Por lo visto, antes de la pandemia mandar un contenedor a China costaba 1300 dólares, y ahora 23000 dólares.El día en que los chinos se pongan a beber por derecho vamos a necesitar muchos Chanos. Y los jóvenes, que no son tontos del todo, llegarán algún día a darse cuenta de las grandes ventajas del vino sobre los cubatas.
Desde estas líneas quiero agradecer a Chano Aragón su disponibilidad, su afán de colaboración en todo lo que se le pide y su sencilla forma de ser. Que conste que este loco, cuanto ha escrito sobre el vino, lo ha leído, porque aquí en el manicomio no entra una gota. Cuando salga, voy a dejar las botas que va a dar pena verlas.
