Cuando me iban a encerrar en el manicomio por decir más pamplinas de la cuenta, pedí solamente un deseo que no me parecía una pamplina: que mis dos hijos se educaran lo mejor posible y que por favor no dejaran de asistir a las reuniones de los Scouts.
Y, como alguno en La Isla se preguntará qué es eso de los Scouts, intentaré explicarlo en breves líneas. El fundador del movimiento Scout Mundial, que cuenta ahora con muchísimos millones de personas repartidas por todo el mundo, fue Robert Baden-Powell (1857-1941), ilustre militar, escultor y escritor británico, que se preocupó por educar a los jóvenes en valores que consideró importantes para la sociedad. Se trataba de educarlos para que fueran responsables, útiles y serviciales. Aparte de otros escritos de éxito, publicó un libro titulado Scouting for boys, que se extendió por el mundo como la pólvora y tuvo un éxito extraordinario, incluso en España. Su contenido prendió fuego también en nuestra Isla de León. Antes de morir dejó escritas algunas brillantes ideas. Sirva una de ejemplo: “Pero la felicidad no proviene simplemente de la riqueza, ni de tener éxito en la carrera, ni dándose uno gusto a sí mismo. Un paso hacia la felicidad es hacerse uno sano y fuerte cuando niño, para poder ser útil y así poder gozar de la vida cuando se es hombre”.
Ha pasado el tiempo con una velocidad que espanta, y, si veinte años son nada, cincuenta ya son algo más que el doble de nada, es decir, una gota en el océano. Lo cual no quita que con mucha paciencia hayamos ido tachando, día a día, cada uno de esos 50 calendarios. Los cuerdos respetaron mi penúltima voluntad, y mis hijos, junto a sus compañeros del Grupo, crecieron sanos, fuertes y con unos hondos sentimientos que siempre les salen a flote. Cumplieron en las actividades que les encomendaron, conocieron en sus carnes lo que es un campamento al aire libre y se ejercitaron en el difícil arte de la disciplina. Eso era mucho más de lo que yo había deseado cuando me trajeron al manicomio. Hoy guardan inolvidables lazos de amistad que el tiempo no ha conseguido destruir.
Este 23 de abril, fecha inmortal, en la que se conmemora la muerte de tres monstruos de la literatura como fueron Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega, también el Grupo Scout San Jorge 310 de San Fernando se suma a la fiesta de los aniversarios celebrando sus bodas de oro, aunque entre las prioridades de los Scouts no esté ni el oro ni las prisas por casarse.Todas las entidades tienen un símbolo que las identifica. El símbolo de los Scouts es la bonita flor de lis, y usted, que es una persona inquieta e investigadora, buscará en Internet, porque a mí no me cabe aquí, la gran cantidad de profundos significados que tiene esta flor para los scouts. Estos chavales aprenden, entre otras muchas cosas, a construir cabañas, a conocer las distintas clases de minerales, a observar el comportamiento de las aves, a preparar un menú en condiciones, a realizar las tareas del hogar (sean miembros o miembras) y a ser solidarios con los que más lo necesitan, sentimiento que les queda para toda la vida. Este loco, con la mano en el corazón, quiere desearle al Grupo de los Scouts San Jorge 310 de San Fernando larga vida, esperando que sus hermosos ideales se vean cumplidos sobradamente, como yo los he visto cumplirse en mis propios hijos. Enhorabuena por los 50 años vividos bajo la flor de lis. Siempre listos.
