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El Loco de la salina

Ha muerto un hombre

A este loco no le es agradable escribir estas líneas ni tampoco ponerse a contracorriente de los que hoy mandan

Publicado: 26/03/2023 ·
19:11
· Actualizado: 26/03/2023 · 19:11
Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

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Hace unos días ha muerto un hombre en La Isla. Y La Isla calla. Y callan los poderes públicos. Y calla todo el que debería ponerse a gritar. Mi locura se ha vuelto rabiosa. Porque ha muerto un hombre, joven, 39 años, Raúl. Y ha muerto como un perro, tirado en la calle, como una colilla, amparado por los pocos metros de un hueco próximo a cerrarse para él como todos los caminos y arropado por miserables cartones…Mientras, los poderes públicos están concentrados en otras faenas más productivas. Esos que ponen en estas fechas todo su empeño en pasear un Cristo por la calle, saben que ese Cristo duerme entre cartones y no encima de un paso. Y, si tienen un rescoldo de conciencia, se les removerán las entrañas por este humillante caso. Es humillante que en esta Isla, plagada ya de gente pidiendo, no haya manos tendidas por los que pueden remediar en algo su miserable situación. Que hay caraduras, claro, como en todos los sitios. Pero también hay gritos en el manicomio pidiendo que a ver si muchos políticos de La Isla se dejan ya de cafés, de reuniones, de promesas, de mítines y de milongas, y se enteran de que ha muerto en La Isla un hombre pobre como las ratas, buena gente y abandonado como cosa imposible. Y que a Raúl le seguirán otros muchos, porque no hay cojones aquí de montar un albergue en condiciones, como hay en otras ciudades de Andalucía, para los que sufren una extrema exclusión social. En La Isla hay muchos que viven de aquella manera, incluso más jóvenes de lo que muchos creen. Si les digo que hasta algún muchacho de 24 años está viviendo en la puta calle, creerán que estoy loco, y creen bien, pero los locos no solemos mentir. ¿Hasta cuándo? Ahora que se ultiman las listas electorales y a la que se arriman vividores de todo pelaje con el único mérito de saber trepar, es el momento de decirles que están convirtiendo la política en algo perverso.

A este loco no le es agradable escribir estas líneas ni tampoco ponerse a contracorriente de los que hoy mandan, aunque mañana no, pero es que ha muerto un hombre y no se puede mirar hacia otro lado. Solamente unos pocos han estado con Raúl hasta su último suspiro. Los que dicen que a Raúl le gustaba dormir en la calle pierden la gran oportunidad de callarse. Y los que afirman, como he leído en una prensa, que Raúl estaba siendo atendido en coordinación con las entidades que trabajan con las personas sin hogar y se le prestaba toda la ayuda posible, simplemente mienten. Anestesian sus conciencias sabiendo que siguen mandando carne de pobres a la calle Comedias, nombre inapropiado, porque para esos que van allí la vida no es una alegre comedia, sino más bien una insoportable tragedia. Se sabe que hay personas de difícil integración en la sociedad, y que suponen una carga, pero están ahí precisamente para los que quieren cargos a toda costa.

El Ayuntamiento de San Fernando ya no tiene nada que apuntar, porque reconoce que conocía el caso. Los que tienen que hablar son los que han estado con Raúl hasta el final, Calor en la noche, el Pan Nuestro,la Asociación de Personas sin Hogar con Derechos Pesho-D, y sus pocos familiares dándole ánimos hasta su último suspiro.

Habrá una manifestación hoy lunes, 27 de marzo junto a la Oficina de Turismo (Frente a la Iglesia Mayor) a las 20 horas, donde murió Raúl Domínguez García. Algo es algo. Descansa ya en paz.

 

 

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