Se lo han propuesto y lo van a conseguir. Esos señores de la Academia de la Lengua (RAE) no tienen nada que hacer y se entretienen en tirarnos de la lengua de vez en cuando. Lo último se lo cuento, pero no se puede usted hacer una idea de lo que se me ha pasado por la cabeza. He estado a punto de ir a la biblioteca, coger todos los volúmenes del Larousse y tirarlos por la ventana. No lo he hecho, porque son más pesados que un político en campaña. Esto es lo que nos faltaba para desajustar los tornillos que bailan en nuestro cerebro. En todo caso, tome nota, porque la cosa se está poniendo, que cualquier día nos meten un impuesto por hablar o escribir mal.
Para empezar dice la RAE que ni la “ch” ni la “ll” pertenecen ya al abecedario y que por eso lo que nos quedan son 27 letras sin contar las del banco. Pero después nos quieren tranquilizar asegurando que podemos escribir como siempre “Pinocho” y “Sánchez, lo mismo que “paella” y “bollo”.
Ah, otra cosa, manda la RAE que ya no se puede distinguir la “v” de la “b” diciendo que esta es la que tiene el palito largo o que aquella es la enanita del bosque. Suponen que hay gente muy “burra”, con la “b” del palito para arriba.
Por otra parte, la “w” se va a llamar doble uve o uve doble. NI al que asó la manteca se le hubiera ocurrido tal cosa. No conformes con todo esto, afirman que a partir de ahora la “y griega” de toda la vida de Dios se va a llamar “ye” y que la única griega que hay aquí es Sofía, la mujer del desaparecido. ¿Alguna pega? No te quieres enterar, ye, ye. Por eso, se acabó lo de decir “i latina”, sino simplemente “i”, porque latinos somos todos, aunque no todos somos tontos. Asimismo, la “r” no se va a llamar “ere”, se va a llamar “erre”, de modo que los “Eres” serán los “Erres”, por lo que no me extrañaría que prescriban con carácter retroactivo, porque nadie va a saber de qué iba el chorriceo.
No se queda ahí la cosa. El Real Madrid, por ejemplo, va a tener un problema, porque ya en las camisetas no podrán poner eso de “Qatar”, ahora tendrán que cambiar y poner “Catar”. Y si no hay “Quorum” en la comunidad de vecinos, tendrán que decir que no hay “Cuorum”. Ah, y que a nadie se le ocurra ponerle una tilde a palabras como “guión” (si aquí aparece con tilde, es que el ordenador no traga).
Desde luego la RAE le tiene puestos los puntos a las tildes. No quiere tildes ni en pintura y dice que “solo” no debe ir acompañado de una tilde. ¿No les parece una pamplina sabiendo que el que va solo es que no lleva compañía?
¡Ojo! Ya esto es más delicado. No se puede poner la tilde en la “o” cuando va entre dos números. Por ejemplo, si usted escribe 2 o 3, debe entenderse que son dos o tres veces, no doscientas tres veces, porque la “o” no tiene nada que ver con el cero “0”. La que se va a liar es chica.
Bueno, no sigo, que me está doliendo un montón el coco. Los locos, ante tantas leyes y letra menuda, hemos decidido seguir diciendo las mismas tonterías de siempre y escribirlas tal como lo hemos hecho hasta ahora, no vaya a ser que no nos entiendan, cuando lo que queremos es salir del manicomio cuanto antes.