La resistencia en Cádiz es una peña. Por eso Manolín Gálvez, director del grupo, fue la cabeza visible de una agrupación que ya desde la presentación dejaron bastante claro que se llevan “todo el año en la peña”.
Musicalmente el pasodoble constituyó una delicia para los oídos y las letras, acertadas, metieron al público de lleno en la agrupación. En el segundo pasodoble sacan pecho por Cádiz, que puede dar “tres mil años de lecciones” a quienes insultan a los gaditanos con tópicos.
Demostraron también originalidad en los cuplés, cantados de manera añeja y, porteriormente, con un estilo moderno. Al final del popurrí, donde continuaron agradando al público, la emoción era visible en el rostro de los chirigoteros, conscientes del buen papel realizado sobre las tablas.