“La conciencia hace que nos descubramos, que nos denunciemos o nos acusemos a nosotros mismos, y a falta de testigos declara contra nosotros”, Michel de Montaigne (1533-1592) Escritor y filósofo francés.
Con origen en el vocablo latino
conscientia ("con conocimiento"), la conciencia es el acto psíquico mediante el cual una persona se percibe a sí misma en el mundo. Por otra parte, la conciencia es una propiedad del espíritu humano que permite reconocerse en los atributos esenciales. La etimología de la palabra indica que la conciencia incluye aquello que el sujeto conoce.
La conciencia es la capacidad de conocer nuestro entorno y ubicarnos en él, o sea, la lucidez. También se define como la capacidad de reflexionar sobre la realidad y asumir una postura frente a ella y, por último; a la capacidad de juzgar nuestras acciones desde una perspectiva moral (buenas o malas).
Para la psicología, la conciencia es un estado cognitivo no-abstracto que permite que una persona interactúe e interprete con los estímulos externos que forman lo que conocemos como la realidad. Si una persona no tiene conciencia, se encuentra desconectada de la realidad y no percibe lo actuado. Para la RAE, la conciencia es “
el conocimiento del bien y del mal que permite a la persona enjuiciar moralmente la realidad y los actos, especialmente los propios”.
La verdad es que no haría falta acudir a la ciencia ni a la RAE para conocer que es la conciencia; porque cada uno de nosotros disponemos de ella y la conocemos muy bien. Hay quién vive toda la vida engañándose asimismos; porque actúan y se comportan a sabiendas de lo que están haciendo bien o mal conscientemente.
Debe ser muy triste y muy sufrible; tener una personalidad hacia fuera, de cara al resto de personas, con engaños, mentiras, mal comportamiento o haciendo ver que eres un santo y; sin embargo, dentro de ti; tu otro yo, tu conciencia, te está diciendo qué es lo correcto. El sufrimiento debe ser extremo. Saber que estás haciendo las cosas mal pero no lo remedias, dando una mala o buena imagen a los demás sin ser cierto, debe ser muy duro soportarlo mentalmente, excepto si eres un psicópata (trastorno antisocial de la personalidad).
Cuantas veces habremos dicho de alguien “ese o esa no tiene conciencia”. Pues sí que la tiene; claro que la tiene, solo que no quiere hacerle caso. Pero su mente se lo va a recordar durante toda su vida; le repetirá cada día a cada instante, por qué no hizo tal o cual cosa cuando podía haberlo hecho, porque no se portó mejor con tal o cual persona cuando pudo ayudarle. A través de la conciencia, un individuo consigue tener una noción de sí mismo y de su entorno; siendo uno de los elementos que asegura la supervivencia de un ser vivo, pues le permite estar alerta a los peligros y actuar en consecuencia.
Si la conciencia de un individuo funciona del modo "
adecuado", las valoraciones que éste hará sobre su realidad serán claras y le permitirán llevar una vida estable; si, por el contrario, si ha padecido determinadas situaciones traumáticas, puede que su manera de entender el entorno no sea lúcida y, por tanto, tome decisiones que les causarán desajustes en su entorno.
No hay que descartar y es importante señalar que una de las causas de las alteraciones en la conciencia pueden ser problemas biológicos y psicológicos. El abuso de ciertas sustancias tóxicas como alcohol y fármacos, puede afectar determinadas zonas del cerebro y provocar alteraciones en la conciencia que pueden ser de diferentes niveles. También ciertas enfermedades psiquiátricas como la ansiedad y la depresión, pueden causar los mismos trastornos en la forma en la que el individuo concibe la realidad.
Ahí están los siete niveles de conciencia de Barrett, que es una herramienta de evaluación que pone sobre el mapa los valores de los individuos y/o organizaciones. Barrett es líder de pensamiento reconocido a nivel mundial en temas como
Liderazgo basado en Valores, Transformación Cultural, Desarrollo Personal y medición del bienestar. Se basó en el trabajo de Abraham Maslow y su famosa pirámide de jerarquía de necesidades para desarrollar su Modelo de los 7 niveles de conciencia.
Maslow habla de jerarquía de necesidades mientras que Barrett amplía el modelo de Maslow y distingue siete niveles en las etapas de desarrollo de la conciencia. Cada nivel corresponde a una visión de vida que es inherente y específica. Asociados a estos niveles se encuentran motivaciones específicas y sistemas de valores. Se trata de una herramienta de evaluación que pone sobre el mapa los valores de los individuos y organizaciones (desde empresas a otro tipo de asociaciones de personas, como comunidades, incluso naciones) y se suele utilizar en proyectos de transformación cultural en las organizaciones.