Un acusado de dos operaciones supuestamente fraudulentas de traspaso de futbolistas en el Real Betis bajo mandato de Luis Oliver (2010-2011) ha dicho al juez que en realidad se produjo un ahorro, se evitó pagar la ficha de un jugador y se abonaron deudas del club.
El juez imputó ayer miércoles al intermediario Plácido Nicanor Roblas porque presuntamente, en connivencia con Oliver, presentó una factura por el traspaso del jugador Sergio García del Betis al Zaragoza y con destino final al Español por importe de 590.000 euros, de los que 489.000 destinó a favor de Oliver.
Además, por el traspaso del jugador Rubén Castro presentó una factura de 120.000 euros "con el objeto de destinar esa suma al patrimonio de Oliver", según le imputó el juez sustituto del juzgado de instrucción 6 de Sevilla, que investiga la gestión de Oliver en una rama desgajada de la dirigida contra Manuel Ruiz de Lopera.
Roblas respondió que Oliver le encomendó hacerse cargo del traspaso de Sergio García, que la operación encajaba al Español y que el entonces presidente del club, José León, dio la orden de realizar el pago.
Entonces surgió un problema porque el Zaragoza tenía un derecho sobre el jugador, por lo que Oliver le dijo que se pusiera en contacto con Ángel Mayayo -citado mañana como imputado- para que éste desbloqueara la operación.
Según el acta de su declaración, a la que ha tenido acceso
Efe, Roblas declaró que Mayayo cobró 489.000 euros de la comisión de 589.000, ya que desbloqueó una operación por importe de siete millones de euros al conseguir que el Zaragoza le perdonase al Betis 500.000 euros y que Sergio García le perdonase también al club sevillano unos 900.000 euros.
Según el intermediario, con aquella operación "se pagaron deudas del Betis, se produjo un ahorro en el traspaso y se ahorró la ficha del jugador", operación que "sin Mayayo no se hubiese hecho".
Respecto a la segunda operación, Roblas manifestó que tenía buenas relaciones con el Deportivo de La Coruña y supo que su entrenador no contaba con Rubén Castro para la siguiente temporada, por lo que ofreció el futbolista al Betis pero el club no tenía el millón y medio de euros que pedía el Depor.
Oliver le dijo entonces que se pusiera en contacto con Javier Domínguez, una persona con contactos en el Deportivo, quien le aseguró que el jugador iría al Betis por "un precio de doscientos y pico mil euros, dejando pendientes el resto hasta el millón y medio.
En atención a ello, según su declaración, él se quedó con 50.000 euros y Domínguez percibió 100.000 euros, que el imputado pagó en tres o cuatro plazos.
A preguntas de la agrupación Béticos por el Villamarín, que ejercen la acusación, el imputado manifestó que no tiene justificante documental de sus gestiones ya que las hacía todas por teléfono.