Un año después de las promesas y las varitas mágicas

Publicado: 11/05/2024
Autor

Abraham Ceballos

Abraham Ceballos es director de Viva Jerez y coordinador de 7 Televisión Jerez. Periodista y crítico de cine

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Parte del esfuerzo de recuperación corresponde a los ayuntamientos, donde, casi un año después de las últimas municipales, tampoco están para muchos anuncios
Esta semana comenzó con una gran noticia: un nuevo descenso en las cifras de desempleo que sitúa a la provincia, y a la mayor parte de sus municipios, en niveles no alcanzados desde el año 2008, justo antes del estallido de la crisis del ladrillo. Desde febrero de 2013, momento en el que tocamos suelo en destrucción de empleo, hasta ahora, han transcurrido más de once años en los que la recuperación económica y del mercado laboral -habrían sido menos de no ser por la pandemia- se ha visto impulsada por las nuevas realidades de un modelo productivo que lo ha apostado casi todo al turismo, pero en el que siguen desempeñando un papel fundamental la industria naval y aeronáutica, y al que se ha sumado el desarrollo de nuevas fuentes de energía más limpias y el de proyectos vinculados a la denominada como economía azul.  

El dato, no obstante, sólo conseguirá completar esta travesía de regreso a los años de bonanza cuando alcancemos el mismo número de afiliados a la Seguridad Social que en 2008, que es el indicador más fiable a la hora de realizar un diagnóstico exacto sobre la salud laboral del territorio. Ahí queda todavía un pequeño trecho, y parte del esfuerzo corresponde a los ayuntamientos, donde, casi un año después de las últimas elecciones municipales, tampoco están para muchos anuncios, más allá del sello propio que se le haya podido imprimir a lo que sigue funcionando año tras año, caso de los grandes eventos festivos.

En Cádiz capital, donde lo prioritario no eran los nombres de las calles y el estadio, sino la culminación de determinados proyectos, se sigue a la espera de lo que pueda ocurrir con Valcárcel y con el nuevo hospital. El proyecto universitario parece alejarse cada vez más a causa de su elevado coste y del orden de prioridades que debe afrontar la UCA en atención a sus cuatro campus.

El del hospital sigue aún sacudiéndose la controversia generada por la propia consejera de Salud esta semana, cuando admitió que el plan funcional aún estaba en fase de redacción, pese a que se presentó hace más de un año. Fue un “error humano”, la han excusado, pero de errores humanos está lleno el curso de la historia y hasta sirven de ilustración a cualquier enciclopedia cuando se busca la palabra “fracaso”.

Por contra, donde no ha habido error, sino desidia y dejadez absoluta, es en el Consejo de Ministros. Han terminado por aburrir a los inversores del hotel proyectado en Puerto América, que se han ido con su dinero a otra parte tras dos años de pérdida de tiempo. El Gobierno central no ha dado explicaciones. ¿Para qué? Cuando toque, volverán con sus promesas y sus varitas mágicas para ayudar a vencer el desempleo. Estamos salvados.

En Jerez, donde, entre el mundial de motos y la feria, la  ciudad ha vivido dos semanas en un estado de contagiosa exaltación festiva, toca volver a la realidad de los números, los de las arcas municipales, donde ojalá tuvieran una varita mágica si no fuera porque no está la cosa para cuentos, ni se puede vivir de las rentas eternamente, sobre todo si las promesas tienen fecha de caducidad o, de momento, se limitan a un power point. El dato del paro, también fantástico; pero ya dijo Pelayo en campaña que esa cifra era irreal, y ahora no quedan argumentos para celebrarlo. Al menos, está siendo consecuente, aunque sea por evitar el riesgo de incurrir en la pregunta incómoda.

En el Campo de Gibraltar, mientras tanto, todas las miradas están depositadas en el Peñón y en el acuerdo post Brexit entre la UE y Reino Unido, a la espera de saber si sale cara o cruz y, por lo tanto, preocupados por que no se tenga en cuenta a los municipios a este lado de la Verja. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, ha vuelto a ser el más rápido para convertirlo en una cuestión de interés andaluz, frente al inquietante silencio del ministro de Exteriores, pero ya no se trata de adoptar un posicionamiento político en busca de un rédito, sino de si estamos a tiempo para evitar que se cumplan los peores presagios para los campogibraltareños.

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