Un Martes Santo de Afligidos por San Telmo

El repique de campanas nos marca la hora. El Martes Santo espera y San Telmo abre sus puertas. Juntos, como queriendo unir lazos imposibles, María y su Hijo salen del templo acompañados por una cohorte de dolor. El sufrimiento reflejado en sus caras; de los de arriba y de los de abajo. Bajo el paso, los costaleros sienten esa angustia, ese quebranto por un hijo condenado y por una madre sin consuelo.

Y así caminan en dolorosa marcha, llegando a la Carrera Oficial con los sones de la estepeña Agrupación Nuestro Padre Jesús Cautivo. Y saliendo de la misma, ‘Costalero’ se escucha tras la plegaria hecha rezo de una saeta. El azul y el negro se entremezcla en las retinas de una cofradía, que jamás pudieron soñar aquellos amigos, allá por el 79.

De estreno Principalmente e estrenaba los palermos para el cortejo penitencial y las pértigas para las mantillas

El detalle Se trata de uno de los misterios más completos de la Pasión chiclanera, con hasta siete figuras en su trono

En la retina El campanario de San Telmo se funde entre Cristo y María en la esquina de Nuestra Señora de Los Remedios con La Plaza.

Para la historia Vigésimo aniversario de la primera salida de esta cofradía de la Santísima Iglesia de la Trinidad.