El equipo de Gobierno lleva a la Comisión de Presidencia previa al Pleno del mes de diciembre una propuesta por la cual designará al universal cantante Alejandro Sanz como Hijo Adoptivo de la Ciudad de Cádiz. 

Minutos antes del inicio del desayuno de Navidad, se cerraba por parte del Gobierno local esta posibilidad, según explicaba entusiasmado el alcalde gaditano, José María González, quien quiso adelantar la buena nueva a los medios de comunicación. González lo anunciaba "con la intención de demostrar que a Cádiz se está empezando a acercar gente que antes estaba a las afueras, ahora vienen a una ciudad que tiene a los gaditanos en el centro, que es una ciudad que interesa y gusta, como ha sido el caso de Alejandro Sanz". 

Alejandro Sanz, que está "loco de contento con la designación",  fue en 2005 pregonero del Carnaval de Cádiz y mantiene una relación muy estrecha con el municipio gaditano y con muchos de sus intérpretes. De esta forma, "vuelve a acercarse a la capital gaditana", explicó el alcalde gaditano. 

El cantante, que ya es Hijo Adoptivo de Algeciras y Alcalá de los Gazules, tiene una relación muy especial con la capital gaditana, donde ha ofrecido varios conciertos a lo largo de su vida musical. 

Alejandro Sánchez Pizarro, más conocido como Alejandro Sanz, nació en Madrid el 18 de diciembre de 1968. Es cantautor, guitarrista, compositor y músico de reconocimiento mundial que ha vendido más de 25 millones de discos en todo el mundo y ha ganado 20 Grammy Latinos y tres Grammy americanos.

El artista siempre ha estado muy vinculado a la provincia de Cádiz, fraguándose esa relación en su propia familia, pues su padre, Jesús Sánchez, es natural de Algeciras, y su madre, María Pizarro, es natural de Alcalá de los Gazules. Entre otras cuestiones, Alejandro Sanz ha demostrado ser un gran aficionado y embajador del Carnaval de Cádiz, habiendo ejercido como pregonero del mismo en el año 2005.

Cabe recordar que el próximo Pleno también someterá a aprobación el nombramiento de Pedro Hidalgo como Hijo Predilecto, Adela del Moral como Hija Predilecta y que Isidoro Cárdeno y Hugo Vaca sean nombrados Hijos Adoptivos de la ciudad.

El alcalde de Cádiz, José María González, se enfrentaba en solitario - a nivel político, con la única presencia a última hora de la edil Ana Fernández- aunque acompañado por todos sus asesores, al desayuno navideño con los medios de comunicación.

Durante su intervención se comprometió a seguir “abundando en la alianza con la plantilla de trabajadores municipales” y en el manual de instrucciones para la contratación pública. Considera que en 2018 se ha demostrado que “la cosa funciona. Estamos preparados para dirigir una ciudad y lo hacemos bien. No somos autocomplacientes pero sí realistas. Los gaditanos pueden seguir confiando en nosotros. Este proyecto está cristalizando y se está haciendo tangible”, afirmaba el regidor municipal.

Dentro de su balance recordó que después de heredar una deuda a proveedores de 44 millones, en octubre “la hemos reducido a seis millones”. Destacó que este año “proyectos olvidados comienzan a hacerse realidad, como la Ciudad de la Justicia, o el carril bici. Proyectos que se necesitaban y que no salían por la falta de entendimiento entre las distintas administraciones”.

Apuntó hacia el proyecto de ciudad académica que basa en el ámbito universitario uno de sus vectores, poniendo sobre la mesa “el impacto de dinamización económica. Ese gran campus universitario desde Reina Sofía a Valcárcel es un reto muy estimulante que vamos a pelear por hacer realidad”.

Subrayó la labor realizada por Aguas de Cádiz haciendo “cosas que importan a los gaditanos y actuaciones que van en la dirección de mejorar la calidad de vida”. Otros proyectos importantes son la actuación en la avenida de Astilleros o la remunicipalización, con la que “hemos conseguido uno de los retos, mejorar las condiciones de vida de los trabajadores de los servicios de playa”.

Entre los “errores”, además de la gestión en el alumbrado de Navidad o la incidencia en las instalaciones deportivas,   está el seguir “sin saber ni cómo ni cuándo atajar el sinhogarismo y las muertes de personas que viven en la calle”.