El cuarenta por ciento de la población laboral reside en el mundo rural y si no trabaja en el lugar que ha nacido, lo hace en una ciudad cercana.
Después de la gran desbandada que se produjo en el mundo rural en los años cincuenta y sesenta, que llevó a la desaparición de la vida en muchos pueblos, los jóvenes de hoy se resisten a emigrar a las ciudades y prefieren vivir en el lugar en el que han nacido.
“En los pueblos la vivienda y la vida es mucho más barata y hoy día las redes de internet les permiten comunicarse con el mundo y los amigos”, ha manifestado a EFE el catedrático de Sociología Benjamín García Sanz, director del primer estudio sobre el mundo rural, realizado con los datos del último censo de 2009.
Benjamín García Sanz ha destacado la importancia de este cambio: “Hemos pasado de un mundo rural que perdía población a un mundo rural que gana habitantes y que vuelve a tener niños, muchos de ellos de padres inmigrantes”.
'Ruralidad emergente, posibilidades y retos' es el título del estudio, publicado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural Marino, en el que se analizan los cambios en la población rural, las tendencias del presente y del futuro.
El cuarenta por ciento de la población laboral reside en el mundo rural y si no trabaja en el lugar que ha nacido, lo hace en un pueblo o una ciudad cercana, a la que tarda en trasladarse una media de cuarenta minutos, un tiempo aceptable.
Benjamín García considera que además de razones económicas, en este cambio tienen mucha importancia “las raíces, los padres, los hermanos, los amigos, porque en los años cincuenta y sesenta todos éramos extranjeros en las ciudades grandes, pero hoy los jóvenes del campo se sienten extranjeros en las ciudades, en primer lugar porque no tienen dinero y no se pueden integrar”.
El papel de las mujeres en la reactivación de la vida rural, la situación de los mayores, la inmigración extranjera, la actividad y el paro y la situación económica son otros factores que analiza el catedrático.
Esta vuelta al mundo rural se produce a pesar de que los ingresos son inferiores: los de las mujeres, los jóvenes, los adultos y los mayores, en cualquier tipo de trabajo y de lugar de España, excepto en Canarias.
En el caso de la mujer, la marginación la afecta tanto como mujer como por ser mujer rural: sus ingresos son siempre mucho más bajos que los de los hombres.