El juez Baltasar Garzón dijo ayer en Torres (Jaén), que siempre confía en la Justicia” en relación con los dos juicios que tiene pendientes, aunque advirtió que no es él “quien tiene que juzgar”.
En declaraciones a los periodistas durante la apertura de los cursos de verano de la Universidad de Jaén en Torres, de los que es director académico, Garzón señaló que su situación personal está “a la espera de que el Tribunal Supremo decida la fecha de los juicios que ya están en vías de celebrarse”.
A partir de ahí, y “como siempre he dicho”, el juez anunció que ejercerá su derecho de defensa “que hasta la fecha se ha visto limitado a lo largo del procedimiento, para concluir cuanto antes esta etapa”.
“Yo siempre he confiando en la Justicia, y eso tiene sus pros y sus contras, pero creo que en España tenemos un sistema judicial que garantiza los derechos de los ciudadanos, puedas estar de acuerdo o no con él, pero afortunadamente el Estado de Derecho debe funcionar, y lo único que sucede que a uno le gustaría que fuera cuanto más rápido mejor”.
En cuanto al resultado de estos procesos, aludió al artículo 24 de la Constitución que establece la presunción de inocencia, “y si además tienes la seguridad de que lo eres, pues yo estoy confiado, sí, pero no soy yo el que tiene que juzgar”.
En relación con el doble atentado de Noruega, Garzón manifestó que en España existe regulación legal en materia de apología del terrorismo que “está muy avanzada, y desgraciadamente es así porque sufrimos el problema del terrorismo desde hace muchos años, y la legislación española se encuentra entre las más garantistas y las que más han agotado el ámbito de acción del terrorismo en sus distintas fases y etapas”.
“Lo que ha ocurrido en Noruega -ha asegurado- demuestra que ningún país está exento de que alguien solo o asociado con otros cause una masacre de unas proporciones que ningún noruego, creo que hubiese pensado en algún momento; y, sin embargo, eso es lo que sucede”.
El juez Garzón entiende que “la enseñanza que se debe extraer de un caso tan brutal como éste es que el fenómeno del terrorismo es un fenómeno transversal, y que lo mismo va a accionar por vía de terrorismo internacional yihadista, que nacionalista, que político, que extremista o que individual”.
“Lo ha hecho en Noruega, un país en el que hacía muchísimos decenios que no había una acción violenta de este tipo”, señaló, al tiempo que añadió que “la Justicia noruega es suficiente y capaz para dar una respuesta, y aquellas otras respuestas que se tengan que producir en el ámbito de las responsabilidades, si las ha habido de otro orden, también tendrán que exigirse”.
“La Corte Penal Internacional está dentro del marco del Estatuto de Roma perfectamente delimitada en su acción y en sus competencias, y lo mismo que tiene competencias, como por ejemplo para el caso de Libia y Gadafi, pues en el caso del terrorismo no tiene esas competencias”, precisó.
En su opinión, lo sucedido en Noruega “claro que se puede evitar, siempre se puede tratar de evitar, de prevenir, pero para eso hay que tener conciencia de que el fenómeno del terrorismo es un fenómeno que puede actuar en cualquier parte del mundo, y desgraciadamente muchos países y muchos gobiernos, afortunadamente cada vez menos, piensan que en su territorio esto no va a ocurrir”.
“No digo con ello que Noruega fuera uno de ellos, porque está en una serie de escenarios internacionales, como Afganistán o Libia, que le podría hacer como a España objetivo terrorista, pero en este caso ni siquiera ha sido por esto, parecer ser, según las investigaciones, que es una persona de extrema derecha, con una ideología torcida total y con una visión del mundo catastrófica”, comentó.
A su juicio, solamente se puede evitar que una persona haga una masacre como esa “tratando de prevenir y de que los servicios de inteligencia y de información funcionen, que la sociedad colabore”.