Tomás, que alternó con Víctor Puerto y Arturo Saldívar, evidenció una recuperación completa y volvió a estremecer al público en un alarde de temeridad, gusto y torería, especialmente con el segundo de la tarde, al que sin embargo mató mal.
Cortó una oreja al quinto tras reponerse de una violenta voltereta en el inicio del trasteo de muleta, lo toreó con aplomo con ambas manos y el público pidió con fuerza el segundo trofeo.
El resto de la terna no se amilanó. El mexicano Saldívar logró abrir la puerta grande con dos faenas de enorme arrojo y desparpajo y Víctor Puerto rayó a gran nivel con el que abrió plaza.