La persecución, de la que hay varios vídeos y fotografías que pueden verse en redes sociales de Internet, se inició cuando el alcalde y su esposa, Mar Utrera, salieron por la noche de su domicilio para pasear a su perro.
Un grupo de personas esperó la salida de Ruiz-Gallardón de su portal y entonces comenzó a pitarle e insultarle y a gritar “fuera, fuera” y “no nos representas”, uno de los lemas más repetidos por el movimiento 15-M en las últimas semanas.
En un momento de la protesta, el alcalde consiguió hacerse oír y dijo: “aquí viven mi mujer y mis hijos. Hacerle esto a mi mujer y a mis hijos no es de justicia. Mañana...”; pero en ese momento arreciaron los gritos y pitidos y decidió regresar a su casa.
La delegada del Gobierno en Madrid, Dolores Carrión, dijo que el incidente fue grabado por una cámara de vigilancia: “allí había una cinta que siempre se graba por los servicios de videovigilancia. Se estudiará y se sabrá quiénes son” los autores de la pitada.
El problema ha surgido porque la Ordenanza del Ruido de la capital prohíbe expresamente el desarrollo de eventos en la vía pública a una distancia inferior a 150 metros de centros sociosanitarios, lo que en este caso afecta a la plaza de Chueca porque hay una residencia de mayores.