El recién terminado invierno ha sido el más anómalo y el más extremo desde 1900, según una investigación que ha realizado un grupo de científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El recién terminado invierno ha sido el más anómalo y el más extremo desde 1900, según una investigación que ha realizado un grupo de científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El geógrafo Santiago Beguería, científico del CSIC, ha subrayado que el invierno que ha terminado ha sido “un invierno fuera de lo común”. El científico ha precisado que esas anomalías se deben sobre todo a la persistencia de las situaciones de inestabilidad atmosférica ligadas al paso de borrascas atlánticas del frente polar.
En el caso de las temperaturas, las mínimas han sido algo más altas y las máximas algo más bajas, lo que concuerda muy bien con el paso ininterrumpido de borrascas que dan un cielo cubierto y menor oscilación térmica.