Ha formado parte de la Comisión Municipal del COVID, y ha estado en todo momento a disposición de la ciudadanía barbateña durante el confinamiento para resolver dudas y consultas. Una vez finalizado el Estado de Alarma, hablamos con Fernando Arévalo Rosado, médico barbateño que en la actualidad presta servicio en el Centro Médico El Carmen de Barbate y en el Centro médico San Miguel en Vejer.
No podemos pensar que ya pasó, es una falta de respeto a las personas que han muerto solas y desasistidas, a sus familiares, a los amigos que no hemos podido despedir. Pondría el testimonio de familiares de fallecidos por COVID-19 para que se nos cayera la cara de vergüenza¿Cómo ha vivido la crisis sanitaria por el COVID-19?
–Pues, al principio, como todos: con la incertidumbre de la evolución de la pandemia, pero pronto descubrimos la magnitud del problema y se actuó con celeridad. La implicación de todos los que estamos en esa Comisión es muy importante, ha sido y sigue siendo muy efectiva. Pero no podemos ni olvidar lo que hemos pasado ni descuidar lo que hemos logrado.
En su opinión, ¿Cómo se ha comportado la ciudadanía?
–En general bien. El miedo ha sido un factor fundamental como arma para el confinamiento y, en general, la ciudadanía ha respondido extraordinariamente. Por eso ahora no entiendo que no estén algunos/as haciendo bien las cosas, que no sigamos con las medidas de prevención. Nos tenemos que acordar del pasado para escribir con cuidado nuestro futuro. Somos una población que tiene turismo nacional y en cualquier momento podemos tener un brote. Los consejos médicos son para cumplirlos. Si a un paciente obeso que ha tenido un infarto le aconsejamos que tiene que perder peso y cambiar sus hábitos de vida, es porque obligatoriamente lo tiene que hacer. Si aconsejamos el uso de mascarilla si no se puede mantener la distancia de 2 metros, es porque obligatoriamente hay que usarla. Tenemos que ser solidarios, responsables y precavidos, si no le vemos las orejas al lobo y por eso nos confiamos, al final nos come el lobo.
¿Cuáles son las medidas que debe adoptar la población en la actualidad?
–Las medidas son las ya conocidas de lavarse las manos frecuentemente, toser y/o estornudar tapando la boca y la nariz con el interior del codo, usar pañuelos desechables, evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, mantener una distancia física de seguridad de 2 metros de otras personas, utilizar mascarilla si no se puede mantener esa distancia, desinfectar los objetos y superficies que se tocan con frecuencia. Salvo excepciones, éstas son las medidas generales y todo el mundo las conoce, así que debemos realizarlas para disminuir los contagios.
Durante el confinamiento ¿Cuáles han sido las consultas más frecuentes?
–Muchas consultas de ansiedad, de temor a padecer la enfermedad, de miedo a acudir a un hospital. La población solo ha acudido a un centro sanitario cuando ha sido necesario y los médicos lo hemos agradecido. Nos han ayudado no solo dando ánimos desde los balcones, sino también cumpliendo con el confinamiento. Las consultas telefónicas han sido muchas pero se han podido resolver unas, y en otros casos, ha sido imprescindible que acudieran al centro sanitario con las pautas de seguridad que les hemos dado y los protocolos de atención que se han desarrollado. Es una lástima que tenga que venir una pandemia para que valoremos nuestra salud, el respeto a los profesionales que están en primera línea, la libertad de poder ir a cualquier sitio y tantas lecciones que se nos olvidarán y seguiremos volviendo a esa antigua y mala normalidad. Esa nueva normalidad también debería mantenerse en nuestra memoria.
¿Teme que vuelvan los contagios?
–Lo temo muchísimo, porque si no se logra la vacuna, volverán los contagios, ahora en grupos aislados y cuando vaya llegando el otoño-invierno va a ser fatal. La población -puede que por esa falta de casos- se está relajando y vuelven las malas costumbres. No podemos pensar que esto ya pasó, es una falta de respeto a aquellas personas que han muerto solas y, en algunos casos, desasistidos, a sus familiares, a los amigos que no hemos podido despedir... Sinceramente, pondría el testimonio de familiares de fallecidos por COVID-19 para que se nos cayera la cara de vergüenza pensando que a nosotros no nos va a tocar vivirlo.
¿Cree que en Barbate se han dado casos de coronavirus que no han sido diagnosticados?
–Seguro que sí, portadores asintomáticos, fallecidos y enfermos a los que por la saturación del sistema y la falta de test no se pudo confirmar. Ese fue el primer error: no testar a mucha población. Hay que empezar por hacer test a los que estamos en primera línea, luego a la población activa y entonces confinar a la población de riesgo y a los que dieron positivo en esos tests. Aún así, me llamó la atención que no hubiese más casos en Cádiz y nuestra provincia teniendo en cuenta que durante la pandemia estábamos en carnavales y no se adoptó ninguna medida. Hemos tenido suerte pero no podemos volver a caer en errores pasados.
¿Cree que pronto habrá vacuna?
–La media de elaboración de una vacuna se estima en unos 18 meses, con lo que estaríamos en mayo de 2021 para que estuviera disponible. Evidentemente, estoy convencido que estando todo el mundo trabajando para obtenerla se acortarán plazos. Lo ideal sería tenerla junto con la de la gripe en otoño para evitar los mayores contagios que serían desde diciembre a marzo. También me preocupa si la vacuna sería accesible y si habría suficientes. Ahora aprovecho para recordar que las vacunas son necesarias siempre como recomendaba en el artículo de Viva Barbate “Yo ya me vacuné” hace unos meses. Este coronavirus ha venido a darnos la razón a los que decíamos que gracias a las vacunas se erradicaron enfermedades. ¿Ahora dónde están los defensores de la inmunidad natural? No se hace un gasto sanitario y un esfuerzo en vacunas si no hubiese una evidencia detrás.
¿Ha vivido alguna situación curiosa durante el confinamiento?
–Curiosas las medidas de protección de algunos que inventaban cualquier elemento de protección; desde bolsas de basura en la cabeza, hasta cascos de motos en los supermercados. Muchos pacientes también han transformado dolencias habituales en posibles síntomas de coronavirus. También ha sido curioso observar que la salud debe ocupar el primer escalafón en nuestra vida. Por eso, todo esfuerzo que hagamos valdrá la pena para minimizar los efectos del virus. No lo eliminaremos pero tenemos que conseguir que no nos haga tanto daño otra vez.
¿Qué mensaje daría a la ciudadanía?
–Una reflexión. Personas contagiadas en España 246.272, fallecidos 28.322; contagiados en el mundo 8.918.101, fallecidos 466.548. Los datos ya dicen lo que este virus representa. Después de una fiebre alta, dolores de garganta y opresión en el pecho, puede ser que necesites ingreso en hospital y ventilación mecánica. Esta ventilación se hace bajo anestesia general y no es precisamente agradable. Consiste en quedarse 2-3 semanas sin poder moverse con un tubo en la boca que llega hasta la tráquea con oxígeno a presión producido por una máquina. Evidentemente, no se puede ni hablar ni comer de forma natural y el dolor que causa se tiene que tratar con analgésicos. La estancia media es de un mes y durante este tiempo se produce una pérdida de masa muscular de un 40% con traumatismos en la boca o en las cuerdas vocales por la intubación. Si queremos evitar pasar por eso y si no queremos que les ocurra a nuestros familiares y amigos, debemos cumplir con las medidas. Somos un referente turístico con un entorno envidiable para disfrutar, pero si no nos comportamos como debemos nos convertiremos en un punto negro. El virus sigue entre nosotros y así estará esperando el momento más oportuno, no le demos oportunidad al enemigo. Como dije en un artículo: La amenaza se llama coronavirus.