24 años pueden pasar volando, pero hay efemérides que tristemente son inolvidables. Hace eso, 24 años, todo Arcos se echó a la calle en la que posiblemente fue la manifestación más multitudinaria jamás vivida en la ciudad. Arcos no fue diferente al resto del territorio español: sucumbió ante la indignación por el asesinato del concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco a manos de la banda terrorista ETA. Indignación porque, más allá de ser un acto totalmente repudiable en defensa de la humanidad, fue una vil acción premeditada hasta su extremo, pues los españoles y españolas permanecieron en vilo ante el fatal y previsible desencadenante de la muerte del político vasco. Sin embargo, este traumático episodio sufrido por la sociedad española no es siquiera conocido por las nuevas generaciones, que ya comienzan a perder cierta perspectiva de un país amenazado por las armas.
Todo ese espíritu flotó en el ambiente de la convocatoria del Partido Popular (PP) de Arcos en la glorieta ‘Víctimas del terrorismo’ que se sitúa a la entrada de la barriada El Santiscal. El Pleno del Ayuntamiento, con unanimidad como debía ser, dio nombre a este espacio público en memoria de quienes perdieron la vida, aunque el partido quiso recordar especialmente a Miguel Ángel Blanco. Sin embargo, el PP dijo que este no era un acto suyo, sino de todo Arcos. De hecho, asistieron otras fuerzas políticas en el caso de Ai-Pro. Las primeras palabras fueron de un emocionado presidente local, Domingo González, que dio testimonio de cómo su familia vivió en los ochenta en primera persona el miedo tras el atentado que sufrió su hermano policía en un cuartel vasco.
El PP quiso conferir especial protagonismo a los jóvenes del partido. La concejal Lidia Morales inició la lectura de un manifiesto en el que no sólo recordó el dolor que embargó durante décadas a los españoles, sino que además mostró su orgullo por aquellas personas que defienden sus ideas valientemente y luchan por un país mejor. Nuevas Generaciones (NNGG) del partido reprobó así “un asesinato en cámara lenta”. Fue entonces, explicaba el manifiesto, cuando se marcó una línea que unió a los españoles frente a la barbarie, actuándose con contundencia democrática contra los terroristas.
El manifiesto, no obstante, defendió la libertad y el estado de derecho ante el terrorismo en general que ha azotado España, aunque inevitablemente ETA sea la referencia histórica. Asimismo, el manifiesto rechazó cuantas manifestaciones pretendan justificar los actos terroristas y exigió que se cumplan las condenas de los terroristas juzgados y se investiguen los cientos de casos que supuestamente no se han resuelto todos estos años. Fue, así, un acto de rebeldía contra el terrorismo, pero también en defensa de las fuerzas de seguridad, políticos, periodistas y empresarios que han sufrido las consecuencias de esa barbarie.
El presidente provincial del PP gaditano, Bruno García, mostró su emoción por una convocatoria “por la libertad de todos los ciudadanos”. Sin embargo, aseguró que un 75 por ciento de los jóvenes españoles de menos de 25 años no conocen a Miguel Ángel Blanco. Asimismo, reivindicó información de muchas de las 850 personas asesinadas cuyos casos no ha logrado resolver la Justicia.
La convocatoria reunió a otros rostros conocidos del PP gaditano, entre ellos la diputada nacional María José García-Pelayo y la delegada provincial del Gobierno andaluz en Cádiz, Ana Mestre. El acto de los populares terminó con una ofrenda floral en la propia glorieta que todavía está sin rotular, para lo que se colocó un cartel con la imagen de Miguel Ángel Blanco.
El alcalde de Arcos, Isidoro Gambín, mostraba momentos antes de esta convocatoria su apoyo a las víctimas del terrorismo como no podía ser de otro modo y recordaba el compromiso del Pleno en este sentido.
