El Domingo de Resurrección comenzó en Arcos con las muestras tradicionales de alegría y buen ambiente en las calles, con el barranco San Miguel donde no cabía alma y con las habituales y lógicas medidas de seguridad. El Ayuntamiento movilizó a unos 80 efectivos, entre Policía Local, Protección Civil e integrantes de la empresa Socoservis, a la que se adjudicó el refuerzo. En el lado de las infraestructuras, este año la novedad fue la adjudicación del servicio de montaje de vallas y adquisición de las reses a la empresa local Ruedos del Sur, que lleva ya cinco años colaborando con el Ayuntamiento en este último capítulo.
El primer toro del día salió a las 12.00 horas de la calle Gomeles y en apenas cinco minutos hizo el recorrido completo. Se trata del toro de nombre Portero, de la ganadería de Domínguez Camacho, un animal de pelo negro que curiosamente es hermano de uno de los toros del pasado año. El animal ofreció así el ‘juego’ que los corredores esperaban, aunque a los diez minutos de permanecer en la calle arremetió contra un joven, al que acabó golpeando contra el vallado. Portero continuó mostrándose al público de prácticamente todo el recorrido. En la calle Corredera golpeó el vallado que acabó rompiendo, pero afortunadamente se reparó rápidamente. También los sucesos, un joven corredor se golpeó el rostro contra las vallas.
A las 12.57 horas comenzaron las tareas de ensogado. Tras un primer intento, el equipo de protección del animal logró culminar esta complicada maniobra, para lo que se sirvieron de un capote. En ese momento, Portero se encontraba junto al barranco San Miguel y se mostró sangrando por los cuernos tras haber golpeado las vallas en reiteradas ocasiones. A las 13.03 horas el animal fue devuelto así a su cajón. Entre las ideas que se barajaron este año, y que finalmente no se han podido poner en marcha, se encontraba la utilización de cabestros para la retirada del toro.
A partir de ahí, el numerosísimo público se disolvió para tomar un refrigerio en algún establecimiento o en las azoteas con vistas al recorrido que se prestan a acoger familiares y amigos.
Después regresamos con el segundo toro, de nombre Almancito, de la ganadería de Jesús Janeiro Bazán, y con la nómina de sucesos que promete la fiesta.