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“Estoy muy orgullosa de ver tantísima cultura entre nosotros”

María Luisa es una de esas jóvenes, y a raíz de su premio hemos hablado con ella de fotografía, pero también de la juventud local, de la luz futura...

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  • María Luisa Rosety. -

Cuando el Concejal de Cultura leyó su nombre en público como ganadora del decimotercer concurso de fotografía "Víctor Marín", todos los que estábamos allí dijimos: "Ah, sí, esa es la niña de Rafael Rosety". Luego, los más entendidos, decían que se le notaba el magisterio de su padre, y remontándose más atrás, decían que veían la influencia de don Víctor Marín.


Pero reconociendo que todo eso es verdad, todos reconocían también que "la niña" tenía mucha personalidad, que su fotografía demostraba un gran talento. El Jurado destacó precisamente eso, que era una fotografía de talento, de una artista que sabe buscar la luz, la figura, y encuadrarla para la eternidad.


María Luisa Rosety es tan joven que tiene todo el futuro, toda la luz, por delante. Está uno acostumbrado a quitarse el sombrero delante de las personas mayores, en señal de respeto, y de ahora en adelante voy a empezar a quitármelo delante de estos jóvenes que escriben, pintan o fotografían, o hacen música, con una elegancia y una intuición que nos emocionan.

—Según Internet aún no has cumplido los veinte años, así que voy a permitirme tutearte. No porque más o menos sea de tu quinta, sino precisamente por todo lo contrario: porque soy un cincuentón. Has ganado el decimotercer concurso de fotografía “Víctor Marín”, con un magnífico encuadre que recuerda las viejas fotografías precisamente de don Víctor Marín. ¿Eres consciente de esa influencia?
—Bueno en cuanto a la edad, voy camino a los veintidós, pero aún así por favor, mejor tutéame. En cuanto a la fotografía ganadora; bueno, supongo que la esencia de Don Víctor Marín también influyó en mi padre, que al ser mi maestro y ejemplo, quizás haya influido también en mí. Mi padre siempre me ha enseñado e insistido para que fotografiara ese tipo de encuadres y juegos entre ventanas, líneas y sombras. También tengo la suerte de vivir en el Casco Antiguo y por tanto de tener esas vistas  que me lo han puesto tan fácil.


—Tu padre, Rafael Rosety, es uno de los mejores fotógrafos de Arcos y un discípulo aventajado de don Víctor Marín. ¿Es Rafael Rosety muy exigente con tu trabajo o, por el contrario, te deja hacer y no se limita más que a traspasarte su experiencia?
—Como he dicho en la pregunta anterior, mi padre es mi maestro y mi ejemplo. Creo que nunca ha sido exigente conmigo, porque ya lo soy yo conmigo misma; Él me deja hacer y me aconseja pero siempre me advierte lo difícil de este mundo y por supuesto como dices, traspasando toda su experiencia y enseñándome tanto la fotografía como la pintura y la música.


—La fotografía ganadora, según el prestigioso jurado que la premió, es una obra original, de gran fuerza expresiva. Parece, según me comentaron, la obra de alguien ya maduro en el arte. ¿Cómo es tu proceso creativo?
—Bueno, desde los once años ya me interesaba la pintura y el arte. Me gusta ver pinturas y visitar museos y también creo ser muy observadora. Es algo que ayuda a desarrollar la creatividad y por tanto influye también a la hora de fotografiar. La mayoría de las veces que hago una foto ya la he imaginado antes, luego ya  casi todo es técnica.


—En uno de tus comentarios más recientes en la red emites un sonoro “Aprobadaaaa”. ¿En qué has aprobado? ¿Qué estudias y dónde?
—He hecho un Ciclo Formativo de Grado Medio en Jerez de Laboratorio de Imagen, donde además de enseñarnos a usar la cámara nos han enseñado a revelar en laboratorios y demás. Ahora me he cambiado radicalmente de rama y voy a estudiar un Ciclo Superior de  Interpretación de la Lengua de Signos. Como amante del arte también me gusta la música y estoy aprendiendo a interpretar en la lengua de signos porque me parece muy importante que la comunidad sordomuda pueda entender también la música. Después y sin querer hablar de un futuro tan lejano me gustaría estudiar una carrera, pero todo se andará.


—¿Cómo ves a la juventud arcense? En general, claro.
—Estoy muy orgullosa de ver tantísima cultura entre nosotros y que además la fomentemos. He oído que este año se han presentado muchísimas fotografías más al concurso y eso me alegra y me hace estar orgullosa de mi pueblo. También sé que hay algunas bandas de música y de afición al deporte ya no hablo. ¡No puede uno quejarse de la juventud arcense!


—Los jóvenes de ahora, como los de todas las generaciones, lo tenéis difícil. No creo que ninguna generación haya estado libre de problemas. ¿Cómo ves la luz del futuro? ¿Cómo ves el futuro desde tu juventud?
—Hay momentos en los que pierdo la fe, por ejemplo cuando despido a mi hermana que se va al Reino Unido a trabajar después de haber acabado su carrera y su master. Quiero creer que un día todo va a volver a la normalidad y voy a dejar de escuchar las palabras corrupción, estafa, y paro en las noticias e intento verlo de la manera más optimista posible; pero a veces pierdo por completo la esperanza en el futuro de este MARAVILLOSO país.


—¿Qué tiene que tener una fotografía para no ser una mera reproducción del natural y convertirse en arte?
—Una foto puede ser una foto y reproducir una imagen sin más; o también puede ser una foto que reproduzca una imagen y que además transmita un sentimiento. Si a la persona que ve esa foto le transmite un sentimiento, para mí ya deja de ser sólo una reproducción del natural. Lo del arte creo que ya va dentro de cada uno...

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