La Guardia Civil de Cádiz ha ofrecido los detalles de la operación ‘Góngora’ que desarticulaba el pasado 21 de mayo en torno al municipio de Olvera la considerada la mayor red dedicada a la distribución, en mayor y menor escala, de estupefacientes en la Sierra de Cádiz. Como resultado, 18 personas fueron detenidas, nueve de las cuales han ingresado en prisión tras prestar declaración ante el titular del Juzgado de Instrucción número tres de Arcos.
En la operación se clausuraron doce puntos de venta de droga tras registrar 17 domicilios. Se incautaron siete kilos de cocaína en roca, más de 700 gramos de heroína, más de 1,2 kilos de MDMA, 14 kilos de polen de hachís, medio kilo de cogollos de marihuana y cientos de dosis ya preparadas y listas para su venta de todo tipo de estupefacientes, desde “el temido rebujo” a cocaína rosa tutsi, más de 75.000 euros en efectivo, multitud de teléfonos móviles, balanzas de precisión, máquina de contar billetes, así como vehículos y motocicletas con las que realizaban las entregas y contravigilancias, detalla la Guardia Civil.
“El líder de la organización se jactaba de tener bajo su control todos los puntos de venta de drogas de la comarca, y a todos los narcotraficantes de la zona trabajando para él”, señalan fuentes de la Guardia Civil.
Una operación espectacular
La explotación de la operación ha supuesto “un revulsivo para toda la Sierra de Cádiz”. Con epicentro en Olvera, aunque afecta también a las próximas localidades de Alcalá del Valle y Algodonales, y a la sevillana de Montellano, la habitual tranquilidad de la zona se veía alterada por la presencia de los más de 300 guardias civiles que se desplegaban antes de la salida del sol en la zona. El alto número de registros a practicar hizo necesaria la presencia de los grupos de reserva y seguridad con base en Sevilla, Pontevedra y Barcelona, las USECIC de Sevilla, Algeciras y Cádiz, guías caninos de Huelva, Sevilla Algeciras y Cádiz, y un sinfín de Unidades y personal de la propia Comandancia de Cádiz, todas ellas coordinadas y lideradas por el equipo territorial de la Policía Judicial con base en Arcos, que a pesar del escaso número de guardias civiles que lo componen no habían escatimado en esfuerzos para poner fin a las actividades delictivas de la activa organización criminal.
Un nivel de vida sospechoso
La organización abastecía a toda la comarca, estando liderada por un joven de 32 años de edad que había amasado un ingente patrimonio que incluía varias viviendas y fincas rústicas en la zona, vehículos -algunos de alta gama-, motocicletas, etc…, llevando aparentemente un tren de vida que en poco se correspondía con su actividad profesional declarada, que era la de ayudante en el sector de la construcción. De hecho, estaba dado de alta en la empresa familiar.
Otro de los detenidos realizaba funciones de transportista de la droga, guardería y regentaba su propio punto de venta de drogas al menudeo. De igual manera, era asistido por una pluralidad de personas.
