Primero Pedrosa y después Rossi, quien ni siquiera pudo continuar, le entregaron a Lorenzo en bandeja no solo la victoria, sino el volver a soñar con luchar por un título mundial que, ahora, con sólo 25 puntos de diferencia, sólo depende de su pilotaje.
Rossi había llegado a Indianápolis con 50 puntos de ventaja, pero se marchó con apenas veinticinco a falta de cinco carreras, aunque la siguiente prueba sea al lado de su casa, esta próximo fin de semana, en Misano Adriático.
El enfrentamiento entre Lorenzo y Rossi, en el que Pedrosa es protagonista de excepción, subió un peldaño más en su intensidad con el cruce de declaraciones que ambos protagonizaron en Indianápolis pero que, por primera vez, se acabó saldando en favor del español y ello, quizás, sea el augurio de lo que puede representar el futuro inmediato de la categoría.
Y, en tanto Jorge Lorenzo sumaba más puntos que nadie en MotoGP, sucedió todo lo contrario con el resto de aspirantes españoles al título en el resto de cilindradas.
Álvaro Bautista logró un nuevo podio, con la tercera plaza, pero por delante de él se clasificaron el campeón mundial italiano marco Simoncelli y el líder de la clasificación provisional del mundial, el japonés Hiroshi Aoyama. El nipón es ahora cuatro puntos más líder que antes, pero Simoncelli se encuentra ya metido de lleno en la pelea por despedirse de la categoría con su segundo título mundial.
Simoncelli, que cayó hasta en cuatro ocasiones durante los entrenamientos, no falló en carrera y se anotó un triunfo que le mete de lleno en la pelea por el campeonato, en tanto que Bautista pareció perder algo de fuelle.