Inmaculada Delgado tiene el corazón en un puño. A pesar de su juventud, sus 28 años han sido un constante camino de superación. En esta lucha por disfrutar la vida en plenitud han jugado un papel muy importante los polideportivos municipales. Allí, dedica todos los días tres horas diarias a realizar ejercicios de natación; toda una proeza que le llenan de “ilusión” y “esperanza”. Ayer no podía contener la emoción en la concentración que congregó a trabajadores y usuarios de los polideportivos de El Torcal y La Trinidad, sobre los que se cierne un cierre el próximo 31 de mayo. Aseguraba con los ojos vidriosos que estos centros deportivos son “su vida”.
La empresa Gaia, concesionaria de estos polideportivos, anunció hace días que dejará de gestionar ambas instalaciones a partir del 1 de junio y procederá al cierre dejando en la estacada a unos 5.000 usuarios.
Es el caso de María García. Esta mujer de 72 años recalcaba que los ejercicios que practica en Malasaña “no son por diversión, son por salud”. “Tengo miedo de que no pueda hacer estas actividades y empeore”.
Ricardo Pérez es un jubilado con “achaques” que encuentra un “bálsamo” a sus dolencias con el deporte que realiza en El Torcal. “Esto no se puede permitir; están jugando con nuestra salud y no se puede consentir que cierren sin más”.
Por ello, numerosas personas mayores batallaban a las puertas de la Casona del Parque en la protesta convocada por CCOO para pedir al alcalde Francisco de la Torre que intervenga en este problema y evite el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (Erte) que planea sobre el medio centenar de trabajadores que ya acumulan dos nóminas impagadas. De hecho, De la Torre se acercó a los manifestantes y aseguró que desde el Consistorio tratarán de buscar una solución.
José Gutiérrez, administrativo de El Torcal y representante de los trabajadores, anunció una nueva movilización, el próximo 26 de mayo en el Ayuntamiento, coincidiendo con el pleno municipal para “lograr una solución”.