El clan Polverino, cuya infraestructura en España ha sido desarticulada, introducía anualmente en Italia desde nuestro país entre 50 y 60 toneladas de hachís, lo que le suponía unas ganancias de entre 50 y 60 millones de euros.
Esta era la principal actividad de este clan de la Camorra napolitana instalado en el arco mediterráneo español, que ha sufrido un importante golpe policial con la detención por parte de la Guardia Civil y de los Carabinieri de 30 personas en España y de 69 en Italia.
De esta operación conjunta y simultánea en ambos países ha dado cuenta hoy en rueda de prensa el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien ha resaltado la detención de los dos principales lugartenientes del clan en una operación que ha supuesto desenmarañar la "compleja tela de araña" que había creado esta mafia en la costa mediterránea.
Tras dar prácticamente por desmantelada la infraestructura del clan, cuyo capo, Giuseppe Polverino, alias O Barone, fue detenido en marzo del año pasado, el ministro ha explicado que en la operación, que sigue abierta y bajo secreto de sumario, se han practicado 26 registros en España, nueve de ellos en empresas.
Doscientos guardias civiles han intervenido en los arrestos y registros, practicados en las provincias de Barcelona, Tarragona, Castellón, Alicante, Málaga, Cádiz y Ceuta, y se han intervenido 263 cuentas bancarias, aunque el ministro no ha concretado el importe de las mismas.
Además, se ha intervenido 136 inmuebles, de los cuales 80 son pisos y casas, 40 locales comerciales y el resto plazas de garaje, así como 30 coches de alta gama.
El clan contaba con tres células o paranzzas en Tarragona, Cádiz y Málaga. Los lugartenientes de O Barone en esas provincias ya fueron arrestados en años pasados, pero la organización sólo los sustituyó en el caso de Málaga.
Precisamente, los lugartenientes de Málaga -Massimiliano D'Aria y Domenico Panella- fueron arrestados ayer, uno de ellos y el abogado del clan en Banavis en una vivienda que corrobora el alto nivel de vida que llevaban, y el otro en la denominada "milla de oro" de Marbella.
También fue detenido ayer cerca de Algeciras otro hombre, de alias Tito, encargado de introducir la droga y que disponía de una vivienda con embarcadero.
De los 30 detenidos en España, dieciséis son españoles, cuatro brasileños, tres marroquíes, tres italianos, un esloveno, un húngaro, un ecuatoriano y un argentino.
Según ha explicado un capitán de los Carabinieri que ha intervenido en la operación, denominada Laurel VIII, el clan Polverino lleva veinte años introduciendo droga en Italia y actuando en España desde 2006, un año en el que el jefe del clan fue declarado fugitivo en Italia, reclamado por diversos delitos, entre ellos varios asesinatos.
La actividad fundamental del grupo instalado en España era la introducción de hachís, con la que obtenían entre 50 y 60 millones de euros anuales, que blanqueaban con la compra de inmuebles en Tarragona, Málaga y Tenerife.
Pese a los continuos golpes policiales, el clan ha seguido actuando, siempre bajo las directrices de su capo, quien desde la cárcel siguió controlando todas las actividades del grupo, como se comprobó con el último cargamento de hachís de 1,5 toneladas que, procedente de España, fue intervenido en Nápoles.
En Italia, el clan operaba en el área de Nápoles y poblaciones limítrofes, y además de al tráfico de drogas se dedicaba a un amplio abanico de actividades ilícitas.
Entre ellas, la extorsión sobre personas y comercios a los que se exige el pago de cantidades de dinero por establecerse en su zona de influencia; o el monopolio de actividades vinculadas con las apuestas y máquinas recreativas.