Sí, la historia del Polo de Promoción Industrial de Huelva tenía que llegar a un punto de inflexión ciertamente crítico si nos atenemos a una visión panorámica que, en definitiva, viene a demostrarnos que aquel conato de industrialización iniciado a mediados de los 60 llegaría a una situación de estancamiento solo a expensas de ese magnífico Puerto Exterior que, allende La Rábida, ha venido a demostrar qua ahora mismo estamos a medio camino en lo que a infraestructuras viarias se refiere. Sí, lamentablemente hemos llegado a eso, un punto de inflexión porque en este casi medio siglo de expansión solo disponemos de una autopista que nos une a Sevilla y con una deficiente conservación y necesidad de ampliar algún que otro tramo como de hecho el tráfico lo ha venido a corroborar. El ferrocarril entre ambas ciudades se ha quedado totalmente obsoleto y desde hace más de dos décadas se encuentra estancado ante la indiferencia e indolencia de la administración central y todo ello en medio de retrasos o falsas promesas ante el reto y la necesidad de una alta velocidad que llegó a Sevilla, curiosamente, para una conmemoración quinto centenaria y que obvió a Huelva, la principal protagonista como si en realidad Colón y los Pinzones hubiesen salido de la Torre del Oro en lugar de La Rábida, algo que ni siquiera hemos sido capaces de que hasta ahora mismo haya sido reconocida como Patrimonio de La Humanidad y si ahora es algo que enarbola la Diputación Provincial… ¡Huelva, Huelva, Huelva!
¡Ah! Y qué me dicen del tradicionalmente famoso ferrocarril de Zafra a Huelva, a pesar de que la lógica hubiese optado por hacer de Extremadura y concretamente con Badajoz un vivero de progreso y riqueza y tal vez adelantándonos a una conexión con Madrid hasta posiblemente en menor tiempo que ahora mismo con una alternativa que mientras no empiecen a florecer catenarias, raíles y traviesas, ni siquiera podremos situarnos en la perspectiva de una realidad a plazo razonable de convertirse en alentadora realidad, algo de lo que se habló y escribió mucho allá por los años 70, a propósito de aquella ‘Exponuba/71’ en Madrid, donde por iniciativa de Huelva estuvimos a punto de un Talgo Huelva-Extremadura-Madrid, vía Logrosán…
A todo esto, no tengo más remedio que esgrimir una vez más aquel apasionante proyecto de modificar un poco el mapa y optar por una unión de Huelva con Badajoz, allá desde finales del siglo XIX cuando persistían y se unieron entre onubenses y pacenses los intereses económicos comunes por la anhelada unión. En el libro ‘Huelva con Extremadura: corrientes de opinión de los onubenses durante el proceso autonómico de la Segunda República’, su autor, Manuel Campos Cordón, afirma que “el acercamiento de Huelva a Extremadura vendría determinado no solo por razones de supervivencia económica, sino también por el mismo sentimiento arribista que achacaron los sevillanos, pues una de sus prensiones encubierta era obtener la capitalidad de la nueva región, que entonces era su objetivo y más tarde, ya en democracia, consiguieron”. Sí, los defensores de los intereses económicos se basaban principalmente en la potenciación del Puerto de Huelva, considerado no solo como uno de los motores de la economía onubense, sino también como elemento simbiótico fundamental que provocaría en Extremadura la necesidad de unirse a Huelva…
Sí, el conservador Juan Quintero Báez, exalcalde y concejal del Ayuntamiento de Huelva, fue “quien se manifestó a favor de la unión con Extremadura, porque a su juicio, Huelva con su magnífico puerto y sus muelles definitivos constituyen la gran herramienta de trabajo que necesita tanto Extremadura para dar salida a sus productos, como Huelva, para el desarrollo de su puerto. Además, con la unión tendríamos nuestra personalidad propia, y al redactarse el Estatuto Regional, intervendría Huelva en la fijación de aquellos puntos básicos que tuviera por finalidad asegurar el desarrollo comercial… Sí, veríamos entonces, asimismo, como tendría viabilidad el ferrocarril Badajoz-Fregenal, que tan poderosamente contribuiría a elevar el tráfico, con el consiguiente beneficio para todos”. ¡Ay, la historia! desde Extremadura, con la potenciación del puerto de Huelva, considerado no solo como uno de los motores de la economía onubense, sino también como el elemento simbiótico fundamental que provocaría en Extremadura la necesidad de unirse a Huelva. Sí, la historia suele repetirse, y casi milagrosamente, Huelva, representada por el presidente de la Diputación Provincial, ante la postura contraria de Madrid -¿cómo se llama eso?- ha levantado la mano y no ha dudado en afirmar que sería positivo consensuar esa carretera, la N-435, con Extremadura, que es lo que quiere Huelva, todo ello de forma que lo hemos consensuado aquí en el seno de la Comisión de Infraestructuras, porque somos dos territorios limítrofes que compartimos intereses y flujos y nos aportamos mucho el uno al otro. Sí, y como ha recalcado don David Toscano Contreras, “esto hay que tenerlo muy presente. Sin olvidar que el Puerto de Huelva es el Puerto de Extremadura y nuestras playas son las playas de Extremadura. Nos une demasiado para hablar…”