El pasado jueves, 28 de noviembre, el Cabildo Catedral celebró la Fiesta de la Dedicación. El deán, el padre Ricardo Jiménez Merlo, presidió a las 9.30 horas en el Coro una misa con laudes durante la que se encendieron las doce velas que fueron ungidas cuando la Seo fue consagrada en el año 1838.
El primer templo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta ofrece su estampa a la capital gaditana desde hace 186 años y es, tal como remarca el deán, “punto de comunión de todos los fieles”. Es el escenario de la celebración de las solmenidades, Inmaculada Concepción, Navidad, Epifanía, Triduo Pascual, las próximas, o del Día de la Iglesia Diocesana o de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, recientemente, pero también acoge las ordenaciones de los sacerdotes y la misa de los domingos, a las 12.00 horas, con el obispo, Rafael Zornoza.
La Fiesta de la Dedicación, por tanto, “sirve para recordar que a los fieles que no viven solos en su parroquia, sino unidos al obispo y al Papa por medio” de la también conocida como Catedral Nueva, en contraposición de la Vieja, edificada en el siglo XVI.
El padre Ricardo Jiménez Merlo está empeñado en que, no obstante, la feligresía conozca la Seo de manera permanente, por lo que les abre las puestas gratuitamente para llevar a cabo la visita turístico-cultural, así como a asociaciones de diverso tipo sociales, colegios e institutos. “Cuanto más se la aprecie, más viva es su alma”, agrega, remarcando, también que es el principal atractivo para los visitantes, el monumento más reclamado. No en vano, 344.000 personas pasaron por la Catedral en 2023 y este año se espera alcanzar la cifra récord de 400.000.
Esto reportó casi dos millones de euros en ingresos el pasado ejercicio. Estos fondos se destinan a su mantenimiento y conservación. Se han podido llevar a cabo obras para poner en valor la Capilla de la Asunción. Queda, no obstante, mucho por hacer. Para ello cuenta con el Plan Director de mantenimiento y obras, que incluye proyectos ambiciosos, como la restauración de las dos torres, y otros de urgencia como buscar una solución a los embates del viento y la lluvia en el muro del Campo del Sur del templo también conocido como Santa Cruz sobre el mar.
“Solos con todos no podemos”, admite el deán, quien señala otros trabajos de calado realizados como en la Casa de la Contaduría. De manera que reclama que las administraciones públicas (está pendiente de lograr fondos del Ministerio de Cultura) y el mecenazgo privado se implique.