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‘Yakebot’, el primer robot-dentista, es una realidad

Sus inventores aseguran que consigue “una precisión absoluta” en las intervenciones que realiza

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‘Yakebot’, el primer robot-dentista, ya es una realidad.

‘Yakebot’, el primer robot-dentista, ya es una realidad.

‘Yakebot’, el primer robot-dentista, ya es una realidad.

Aunque parezca cosa de ciencia ficción, ya es posible que un robot realice una cirugía dental con la misma fiabilidad que un dentista, y para eso ha sido creado ‘Yakebot’, un ingenio nacido en Pekín que se presenta esta semana en Sevilla por primera vez fuera de China.

El robot es una de las estrellas de la 53 edición del Congreso Anual de la Sociedad Española de Prótesis Estomatológica y Estética (SEPES), que reúne hasta el sábado en la capital andaluza a expertos de 15 países y 55 empresas del sector dental para discutir los avances en tecnología, materiales y digitalización.

Sus inventores aseguran que consigue “una precisión absoluta” en las intervenciones que realiza, y que se pueda ver en Sevilla es gracias al acuerdo con el Máster Universitario en Odontología Restauradora basada en las nuevas tecnologías de la Universidad Complutense de Madrid, que dirige el presidente de la SEPES, Guillermo Pradíes Ramiro.


De hecho, los alumnos de este máster son los que lo pueden tener a mano para formarse, pero verlo fuera de Pekín y en plena acción es uno de los atractivos del congreso, tras salir de la empresa que le da nombre y que dirige Wang Lifeng, miembro del grupo de expertos de la unidad centralizada de tecnología de estandarización de robots médicos nacionales en China y fundador y director ejecutivo de Yakebot (Beijing) Technology.

No sustituye al doctor

Pablo Xing, profesor del máster, es uno de los encargados de mostrar cómo funciona el robot en el congreso sevillano, un ingenio que puede, entre otras cosas, trabajar en la cirugía periapical, que consiste en drenar o extraer los núcleos de infección situados en el área apical (espacio de los huesos maxilares que contiene los dientes en formación) de una pieza dental.

La también llamada apicectomía no tiene secretos para Yakebot, aunque Xing pone de manifiesto, al explicar a EFE cómo funciona el robot, que “no sustituye al doctor”, sino que trabaja en base a las instrucciones que se le han dado para que su labor sea lo más efectiva posible, pero controlado por el médico en todo momento.

“Es realmente el primer robot en el mundo que hace cirugía autónoma”, subraya este experto, que indica que, desde la planificación de la cirugía que han hecho previamente a través de un ordenador, “los dentistas pueden modificar ciertos parámetros en el trabajo, pero este es un brazo robótico que, con esta supervisión, estaría ejecutando la cirugía en directo en el quirófano”.

Es decir: al robot se le informa de cuál es la operación que tiene que realizar y la realiza, pero con un cirujano presente que supervisa lo que está haciendo, aunque “elimina muchos problemas, sobre todo, por ejemplo, a nivel de vibraciones de las manos, o los derivados de la ergonomía o la posición que una persona tiene que mantener durante una operación”.

“Movimientos constantes y precisos"

“Nunca se puede asegurar como cirujanos que se va a operar perfectamente a cada paciente sin que tiemble la mano, sin que no haya ningún error”, indica a la hora de valorar las virtudes del invento, ya que, con este tipo de sistemas, lo que se consigue “es una estandarización de los procesos, y una precisión absoluta”, pero siempre con un profesional acompañando al paciente.

Al robot se le indica qué presión tiene que ejercer sobre la muela o cuánto tiempo tiene que estar fresando el diente, y el resultado ya lo han comprobado en China más de 10.000 personas, ya que en el país donde fue desarrollado hay 200 aparatos trabajando, y el 201 es, precisamente, el que en estos días se puede ver en Sevilla.

Si todo va conforme a las previsiones de sus promotores, en enero de 2025 saldrán al mercado las primeras unidades de cara a su comercialización en Europa y resto del mundo, y desde entonces se comenzará a ver poco a poco si la idea funciona en todo el planeta tal y como lo ha hecho en el lugar donde nació. 

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