Durante años los supuestos progresistas han estado anotando en los presupuestos generales en el apartado dedicado a Sevilla los gastos de mantenimiento de la consejerías, por tanto correspondientes al conjunto de la Comunidad. Menos mal que la gaviota fue resistente para trasladar a Madrid al “netanyahero” que prometió vengarse y aislar a Sevilla negándole financiación y todo tipo de asistencia. Pero su semilla parece haber germinado, no sólo en su partido “tan español” como para otorgar a esta ciudad tratamiento de colonia, de colonización, no porque aquí se produzcan las mejores esencias para perfumería. Menos mal que lo ignoran.
El caso es que legalmente muchas necesidades deben ser cubiertas por el Gobierno o por la Junta de Andalucía, una de ellas la construcción del metro, originariamente -recuérdese- formada sólo por cuatro líneas, sólo cuatro, y sin trazados de enlace para su comunicación o para aumentar el servicio. Pero la Junta, el Sr. Chaves no por su voluntad, sólo forzado por el necesario apoyo del PA a sus presupuestos, se vio obligado a recomenzar su construcción, reducida a la primera línea, en cuanto el sostenimiento de Monteseirín pasó a poder del PC. Pero la empresa pública Metro de Sevilla, sigue teniendo a la Junta como su único accionista, luego es a la Junta a quien corresponde continuar con la construcción del subterráneo. Sin excusas ni pretextos.
Pero el Sr. Moreno pese a quedar deslumbrado por el estilo de esta ciudad, gasta montañas de flores en sí mismo por comenzar la construcción de media línea más, (no vayamos a enviciarnos). Entre tanto los alcaldes, Monteseirín para darse gloria y los siguientes para mantener sus desvaríos, se limitan a gastar dinero detraído a otras necesidades de Sevilla, para mitigar la falta de metro, eso sí, con imaginativos nombres. Como si el nombre pudiera sustituir a la utilidad y la eficacia.
