La Universidad de Granada (UGR) se ha convertido en el epicentro de una polémica tras el anuncio de que ninguno de los 555 aspirantes que se presentaron al examen para auxiliar de Archivos, Bibliotecas y Museos logró aprobar. "No existen personas aspirantes que lo hayan superado", comunicó oficialmente el Tribunal de Valoración de la universidad en su sitio web en una información publicada en el periódico El Mundo.
La convocatoria, anunciada el 22 de marzo de 2024, inicialmente aceptó a 860 personas para cubrir 17 plazas. Sin embargo, el día del examen, el pasado 6 de julio, se presentaron solo 555 candidatos. Alejandro, un joven andaluz que participó en el proceso, expresó su sorpresa y frustración: "Nunca he visto un examen igual". A pesar de haber realizado simulacros con otros exámenes oficiales, uno de los opositores, llamado Alejandro afirmó a El Mundo que "ha sido el más difícil que he hecho". La dificultad de la prueba fue tan elevada que muchos de los opositores salieron del examen hablando de impugnación.
La prueba consistía en 28 folios y 100 preguntas tipo test, con la peculiaridad de que las respuestas incorrectas restaban puntuación. "Las preguntas eran más largas y enrevesadas de lo normal", explicó Alejandro, quien recordó especialmente la pregunta número 32. Esta pregunta, que requería un conocimiento específico del V Plan Estratégico de REBIUN 2024-2027, ilustró la complejidad del examen. "Esta fue especialmente sangrante porque es una pregunta muy específica de un documento al que no se le da relevancia a la hora de estudiar", comentó Alejandro.
El sindicato UGT también expresó su preocupación por el resultado de la oposición. "Es difícil asimilar que no haya habido ningún candidato que haya aprobado", señalaron en un comunicado, subrayando que entre los aspirantes había personal interino con años de experiencia en la UGR. El sindicato criticó la naturaleza del examen, calificándolo como desastroso, y destacó el malestar entre los opositores, muchos de los cuales salieron con lágrimas en los ojos tras el examen.
Desde la universidad, lamentaron profundamente la situación. "Entendemos la frustración que ha podido causar en los aspirantes. Trabajaremos para seguir mejorando todos los procesos de selección en la UGR y que esta situación no se vuelva a repetir", afirmó un portavoz de la UGR. Además, la universidad anunció que se volverá a convocar el proceso selectivo para cubrir las 17 plazas que han quedado desiertas, con el nombramiento de un nuevo tribunal para desarrollar esta nueva convocatoria "tan pronto como sea posible". Según el sindicato, estas convocatorias pueden realizarse "siempre que no hayan transcurrido más de tres años desde la publicación de la oferta".
La controversia ha abierto un debate sobre la dificultad y la transparencia de los procesos selectivos en la administración pública, especialmente en el ámbito universitario. La comunidad educativa y los opositores afectados esperan que la UGR implemente cambios significativos para garantizar que futuras pruebas sean más justas y accesibles para todos los candidatos.