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La Pasión

Miñarro: "Buiza se sintió abandonado por todos los que eran sus amigos"

El crucificado de la hermandad de San Benito fue una de las obras con las que el maestro Buiza tuvo un vínculo especial, ¿por qué fue?

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De entre todas las obras que dejó Francisco Buiza en la imaginería sevillana, la del Cristo de la Sangre es la que más le tocó de cerca al escultor sevillano por unas razones muy personales.

Algunos de los que lo vivieron más de cerca como es el caso de Juan Manuel Miñarro, escultor y discípulo del maestro, espeta que “esa obra empieza cuando él tiene el accidente de moto y está ingresado en el Hospital San Lázaro, en un momento en el que además, él se siente abandonado por todos los que eran sus amigos del taller y estando presionado porque la Hermandad quería que el Cristo de la Sangre saliera cuánto antes”.

Francisco Berlanga, también discípulo de Buiza, recuerda que “tenía una pareja de policías en la puerta del Hospital para que terminara el encargo porque llevaba ya un año de demora en la hechura del Cristo y Buiza siempre decía que tenía problemas de salud”. Sobre estos problemas de salud, Miñarro recuerda que “la prótesis de cadera a él le provocó una serie de dolores que le hacía imposible andar y tenía que hacerlo con bastón y él tenía una conexión especial con el Cristo de la Sangre porque lo sacó de ese hoyo en el que Buiza estaba”.

Esto y mucho más sobre la vida del escultor sevillano puedes volver a vivirlo en el reportaje realizado por Ana Enterría en el último programa de La Pasión

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