Eso sí, en Cádiz se están introduciendo matices a esta celebración. La palabra zambomba define un instrumento musical artesanal muy particular, originariamente hecho de carrizo -caña de bambú-, piel de carnero y barro; y que tiene forma de tinaja. En la actualidad, la piel de carnero ha sido sustituida por la tela. El característico sonido de este instrumento define este encuentro. Una fiesta de origen rural que Jerez ha sabido salvaguardar, dotándola de una impronta particular, al igual que otros pueblos de la sierra gaditana que también han contribuido a la conservación de esta singular reunión.
En Cádiz capital, las llamadas zambombas se han traducido en en una celebración donde tienen cabida los villancicos y los grupos flamencos, pero faltan dos elementos singulares para acuñar dicha denominación: el instrumento en sí y la candela.
Aunque existen opiniones dispares sobre la fecha de su comienzo, la más común es la que sostiene que deben de celebrarse después del día de la Inmaculada, pero lo cierto es que este año comenzaron ya a finales del mes de noviembre. No importa el lugar, el sitio ni la gente que la organice. Lo que ocurre es que el fenómeno de la zambomba se ha comercializado en exceso pasando de ser un auténtico ritual fa un reclamo de bares, cafeterías y discotecas, perdiendo así cierto peso de familiaridad y vecindad. De los patios de vecinos, de los espacios abiertos donde se podía contemplar la noche estrellada, la zambomba se ha ido trasladando a lugares cerrados.
De la luz de la luna a la luz artificial de los establecimientos. Las hermandades en cambio sí intentan buscar espacios abiertos, como el Compás de Santo Domingo, o el claustro del Convento de San Francisco. El objetivo en este caso es no perder ese ambiente añejo que caracteriza la celebración.
Sin embargo, son los grupos flamentos los que se encargan de poner música. La gente apenas participa, algo que sí sigue ocurriendo en Jerez. El frío escenario que se viene colocando en estos eventos rompe de lleno con el calor del círculo de personas que corean un mismo canto alrededor de una candela, donde todos participan.
Así lo explica Félix Rodríguez, flamencólogo y conferenciante asiduo del Centro de Arte Flamenco La Merced.
A pesar de eso, las zambombas entendidas a la manera gaditana van cobrando poco a poco un peso específico en Cádiz. Tanto es así, que se está erigiendo en la protagonista de la programación del mes de diciembre. Hasta los responsables del Centro de Arte Flamenco La Merced se están planteando organizar una en la plaza. No obstante, en el caso de que se haga, Félix Rodríguez ha avisado ya que será a la manera puramente tradicional, con zambomba, candela y nada de escenario, la gente podrá formar un coro para que todos puedan participar, como si se tratara de un antiguo patio de vecinos.
En la mayoría de las ocasiones se suelen celebrar durante la noche, pero también existen zambombas diurnas. Éstas últimas van acompañadas de la gastronomía de la tierra y de los dulces típicos de estas fiestas.
así se canta en navidad
Las zambombas jerezanas hace tiempo que se convirtieron en una raíz profunda del flamenco. Cada año forman parte de la tradición navideña. La Obra Social de Cajasol viene poniendo desde hace 28 años su granito de arena para que esa esencia musical y cultural siga sobreviviendo al paso del tiempo. ‘Así canta nuestra tierra en Navidad’, todo un clásico de estas fechas, es un disco que por duodécimo año consecutivo sale a la venta con un carácter benéfico. Y es que todo lo que se recaude de las ventas en la provincia de Cádiz será destinado al comedor social de El Salvador. En otras provincias los beneficios también serán repartidos entre otros comedores sociales.
El popular disco tendrá un precio simbólico de 5 euros y se podrá adquirir en cualquier sucursal de la referida entidad bancaria.
“Este disco tiene un doble valor. Por un lado se sigue con el rescate de la zambomba tradicional y de esos villanciscos flamencos que son una tradición popular que se va agrandando con el paso de los años. Tiene ese valor de la difusión del patrimonio del flamenco y también tiene el valor de ser una obra social que cobra especial significancia en estos tiempos tan complicados”, relataba Antonio Cáceres, jefe de Cultura y Patrimonio de la Obra Social Cajasol”.
Los villancicos que se incluyen en la obra fueron armonizados por el recordado compositor jerezanos Germán Álvarez Beigbeder e interpretados por la Orquesta Joven de Andalucía junto al Coro del Teatro Villamarta que dirige Pedro Miguel Calvo. En todos estos villancicos la zambomba tiene un papel fundamental. Entre las interpretaciones las de El Pescaílla, Torrito y Fernando Terremoto. “También hemos querido que este disco sea un homenaje a estos artistas que nos faltan pero que están muy presentes aquí”. Voces como la de La Macanita, Carmen de la Jara o Esperanza Fernández completan el elenco.
Las cofradías la utilizan para recaudar fondos para su obra social
Las hermandades de Cádiz han visto una alternativa en estas celebraciones para recaudar fondos con los que llevar a cabo su importante obra social. En estos momentos en los que las donaciones han caído, y las necesidades no hacen más que crecer, las cofradías han optado por recurrir a ellas para intentar sacar un pellizquito que les permita coger oxígeno y seguir ayudando a tantas y tantas familias que no tienen ni para comer.
Es el caso de la cofradía del Caído, Prendimiento o Sentencia, por poner sólo algunos ejemplos. La recaudación no es muy alta y el trabajo es muy duro para que esté todo perfectamente organizado, pero merece la pena. Con esto se consigue compartir un rato de convivencia con los hermanos y recordar con alegría el sentido cristiano de esta fiesta.
De hechos, todas las que la han organizado este año se han quedado con ganas de repetir. Se trabaja mucho, pero la recompensa es grande. Eso por no hablar de la noche tan agradable que se pasa con los amigos y familiares que se acercan para escuchar villancicos.
En el caso de la Hermandad de la Cena, la organizó con la asociación de vecinos Las Tres Torres de Santa María y con la asociación de comerciantes del barrio (Cosama). El objetivo era acercar el barrio a los gaditanos y fomentar la presencia de Santa María en la ciudad. José María Caro, mayordomo de la hermandad y miembro de Cosama, explica que el objetivo se ha conseguido con creces: “Es el cuarto año que la organizamos y repetiremos para el año que viene seguro. En nuestro caso no perseguimos fines benéficos porque lo que recaudamos es para pagar los múltiples gastos que conlleva la celebración del evento. En este sentido, tengo que agradecer a todos los grupos su colaboración desinteresada”.