Tras cuatro días de enfrentamientos en Kingston, la capital, continúa la escalada de violencia entre las fuerzas de seguridad jamaicanas y los seguidores de Coke, fuertemente armados.
Las fuerzas de seguridad de Jamaica no han logrado todavía controlar los barrios de Tivoli Gardens y West Kingston, en la capital, donde Coke cuenta con el apoyo masivo de la población.
“Sabemos que hay 35 cuerpos de civiles en el depósito de cadáveres y, cuando nos fuimos la pasada noche, había otros nueve cadáveres que fueron recogidos por las ambulancias”, señaló Herro Blair, el Defensor del Pueblo que investiga las quejas de los ciudadanos contra los políticos.
A estos 44 cadáveres, hay que agregar otros cinco muertos ya contabilizados antes, de los que dos son policías y otro un soldado del Ejército jamaicano.
Blair agregó que habían visto unos trescientos hombres detenidos por los cuerpos de seguridad del país, por lo que, quizá, “muchos más hayan muertos a manos de las fuerzas de seguridad que no sean tan tolerantes”, especuló.
El Gobierno estadounidense había pedido la extradición de Coke en agosto de 2009, pero las autoridades del país caribeño retrasaron la decisión final hasta la semana pasada cuando el primer ministro, Bruce Golding, dio su visto bueno.
En otro orden de cosas, el músico Julian Marley, hijo del legendario cantante de reggae Bob Marley, dijo en la jornada de ayer que Jamaica “es un país de paz” y se mostró confiado en el fin de la ola de violencia que ha causado al menos 27 muertos en Kingston en los últimos días.