Manuel Cuenca señaló en su homilía que los caminos del hombre son duros y los amplía tanto el egoísmo como el pecado. Luego habló en primera persona y con tono emotivo que pensaba en “las tremendas realidades sociales de Baena”, y fue enumerando algunas de las más lacerantes, sin olvidarse de los niños abandonados o de las familias rotas. “Pienso en los que han perdido el trabajo o agotado la prestación de desempleo y sostienen a una familia”. “Pienso en los jóvenes que sin trabajo se refugian en el alcohol, las drogas, o la delincuencia”.
Antes de pedir la intercesión de San Rafael para que a través de Jesucristo los hombres encuentren el camino de la vida por los signos de Dios, Manuel Cuenca alimentó un pasaje de su homilía haciendo referencia alas situaciones nuevas y desacostumbradas, también inesperadas, que está trayendo la crisis económica lacerante. “Pienso en los nuevos pobres de camisa limpia y cara lavada a los que les da vergüenza pedir”.
Palabras escuchadas con interés por los asistentes a la eucaristía de San Rafael, como el alcalde, Luis Moreno; el delegado de Seguridad, José Tarifa; el comandante del Puesto Principal de la Guardia Civil de Baena, Damián Horcas; el jefe de la Policía Local, Pablo Peña; agentes de ambos cuerpos y otras autoridades civiles, así como fieles y devotos. El coro de Apromuba cantó en la misa de San Bartolomé.