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Isabel Pantoja, profeta en su tierra

Isabel Pantoja cantó de nuevo en Sevilla tras cuatro años, dos de ellos cumpliendo una pena de prisión, y en la que fue aclamada tras tres horas de concierto

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  • Pantoja en concierto -

Isabel Pantoja cantó de nuevo en Sevilla después de cuatro años, dos de ellos cumpliendo una pena de prisión, y en la ciudad andaluza en la que nació hace casi 61 años fue aclamada durante las tres horas del concierto, en las que desgranó temas de su nuevo disco y clásicos. Fue profeta en su tierra.

Acompañada por una orquesta de 83 músicos dirigida por Carlos Checa, la actual reina de la copla no paró de recibir elogios de un público entregado, en su mayoría femenino y de avanzada edad.

En algunos temas clásicos, la concurrencia cantaba las letras mientras que Pantoja, con un vestido rosa pálido y brillantes, se movía por el escenario y la orquesta hacía el resto. "La vamos a liar", decía la artista antes de esas canciones, y se liaba.

Cantó al amor en varias versiones: desgarrado, optimista, receptivo, infiel. Reiteró su amor por Sevilla, se mostró "feliz" por volver a cantar en su ciudad después de cuatro años y los asistentes le ensalzaban con gritos de "Isabel, Isabel" y otro con gran éxito: "Ay, ay, ay, Pantoja es lo que hay".

Dedicó el tema que da título a su nuevo disco, "Hasta que se apague el sol", a su madre, sus hijos y nietos, algunos presentes en la primera fila del Estadio Olímpico de Sevilla, donde las entradas costaban 220 euros, con el extra del derecho a dos horas de barra libre.

Fue indudable la conexión de la sevillana con el público en una noche cálida, con temperaturas en torno a 30 grados, aunque no se ofrecieron datos de asistentes ni de entradas vendidas.

Bailó cuatro sevillanas, ya vestida de flamenca y acompañada por un cuadro flamenco de Jerez, algunas de ellas con imágenes de la virgen Macarena proyectadas en la pantalla del escenario, ante la que se inclinó devotamente.

Le pedía Pantoja a la audiencia que acompañaran algún tema con los móviles encendidos -versión moderna de los mecheros en los conciertos de hace algunos años-, y el público, entregado, los encendía. En realidad, muchos no los apagaron nunca porque grabaron la actuación al completo.

Después de que el 28 de octubre pasado extinguiera su pena de dos años de cárcel por blanqueo de capitales, que cumplió en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), Pantoja reapareció el 12 de febrero de este año en Madrid con su nuevo disco, escrito, compuesto y producido por el mexicano Juan Gabriel, fallecido hace casi un año.

Felicitó a todos los juanes por su onomástica, y lo hizo especialmente con Juan Gabriel, "mi compadre", que "nos está viendo desde allí arriba", se mostraba segura Pantoja mientras señalaba el cielo.

Cuando descansó para cambiar el primer vestido por una bata de cola, cantó "Ojos verdes" y otras coplas famosas. Antes había abordado temas clásicos en versión corta y mezclada, y "Marinero de luces" no llegó a provocar el delirio esperado.

Algunas de las canciones parecían dirigidas a su ex pareja Julián Muñoz, exalcalde de Marbella, durante cuya relación se produjo el blanqueo de capitales por el que fue condenada.

Pantoja llenó el escenario, con su nombre escrito con luces encima del coro y que se situó en una de las esquinas del estadio, y desde el primer momento, sus idas y venidas, adornadas de pasos flamencos, levantó al respetable de sus sillas en numerosas ocasiones.

Concluyó su actuación con temas animados y bailones, incluso con un tema rapero, y su último tema fue para la virgen del Rocío.

"Orgullosa de haber nacido aquí", dijo a modo de conclusión la artista.

Tras el concierto de Sevilla, las próximas citas de Pantoja ante el público serán en la plaza de toros de Murcia el 7 de julio, tras lo cual viajará hasta Miami, donde actuará el 13 de octubre y dos días después en San Juan de Puerto Rico. Después regresará a España, con un concierto previsto el 28 de octubre en Bilbao.

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