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Me queda la palabra

Titiriteros y Payasos

¡Qué mal llevan algunos la merecida pérdida de protagonismo!¡Y todavía hay quien les escuche! “The Show must go on”

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No ha sido necesario más que una desafortunada programación de una obra inadecuada para niños por parte de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, para que todos los monstruos de la caverna abran sus fauces para atemorizar a todo bicho viviente que respire de modo inconveniente a sus criterios.
El suceso, que demuestra la torpeza de los responsables del tema por parte del Ayuntamiento, no hubiera significado nada en absoluto de no mediar lo inadecuado que se demostró que era el espectáculo para un público infantil. Tampoco hubiera logrado tanto impacto si no se aprovechase el mínimo error para hacer sangre del enemigo común, desde Señores Ministros como el sustituto del despilfarrador Gallardón, Rafael Catalá, o Fernández Díaz, el creador de la Ley Mordaza, la más represiva de cuantas leyes se han aprobado en la democracia española, sin entrar en otros desafueros de todo el mundo conocidos, hasta la insufrible Esperanza Aguirre quien disputa a Rita Barberá el deshonroso título de la dirigente que ha generado en torno a sí la mayor saga de corrupción política. A todo esto se apuntan los voceros cavernícolas de los medios de comunicación más rancios para su machacona campaña.
Si bien todo esto se conjuga fácilmente con la estupidez de determinados personajes que lo hacen posible. No sé si Celia Mayer es la culpable, ni tampoco lo de Zapata es o deja de ser una exageración. No voy a hacer comparaciones exculpatorias, pues sabiendo que se está en el ojo del huracán, bueno sería mostrar un poco más de sensatez. Mientras tanto los titiriteros, por algo que en absoluto es como se empeñan en pintarlo, han pasado varios días en la cárcel privados de los derechos que cualquier delincuente de cualquier nivel u origen goza ante el escándalo de la mayoría. Tras cinco días se les permite salir en unas condiciones que a ninguno de toda esta serie de investigados mediáticos y políticos, que tanto daño han hecho, les impondrían.
Pero para que no se le ocurra a nadie salirse del tiesto, en este carnaval por dos disfraces alusivos al tema se le ha exigido la identificación a dos ciudadanos por parte de la policía. Solo hace falta que un actor como Juan Diego Botto refiera la palabra “titiriteros” relacionándola con la profesión de actores, para que le lluevan las amenazas de muerte. ¡A dónde vamos a llegar! Un “ejemplito” más de la ley del embudo.
Y para seguir hablando del mundo del espectáculo, no solo el circo del PP llama la atención: Valencia y Rita, Madrid y Esperanza, son los números de mayor actualidad y el jefe de pista, protegiendo a la ex-alcaldesa de Valencia con la Comisión Permanente del Senado, lo que le permite mantener el aforamiento incluso ante unas hipotéticas nuevas elecciones.
Dos de los personajes más tóxicos de la política española de los últimos cuarenta años arropan con indecencia las desabridas salidas de tono de Corcuera, aquel que fue ministro y lo mejor que se ocurrió fue permitir la patada en la puerta, que aparece para vomitar su inquina contra PODEMOS. Felipe González, el que dilapidó todo el tejido industrial público mediante privatizaciones escandalosas; el responsable de la primera financiación irregular conocida con FILESA; el Señor X de los GAL; el traidor de lengua de serpiente de “OTAN, de entrada NO”; y su mano derecha, Alfonso Guerra; el causante del primer caso del nepotismo del siglo XX con su hermano, el señor oscuro Juan Guerra; la lengua venenosa de la política, que trató con la misma falta absoluta de respeto a Mercedes Alaya, a Zoido, a Fraga, a Baltasar Garzón, a Soledad Becerril, a Margaret Thatcher...y el que llamó “mariposón” a Rajoy; el que utilizó un avión Mystère de la Defensa Nacional para evitar un atasco de carretera; los dos se dedican a ensuciar la nueva política, con sus improperios y exabruptos; ellos dos, vuelven al circo para desprestigiar la noble profesión de payasos.¡Qué mal llevan algunos la merecida pérdida de protagonismo!¡Y todavía hay quien les escuche! “The Show must go on”

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